Ola de calor? ¿Subida generalizada de las temperaturas? Te resulta familiar, ¿verdad? El calor que está presente durante los meses de verano, junto a otros factores como cambios en nuestros hábitos y alimentación, provocan que las infecciones intestinales sean muy habituales durante el periodo estival.
Consumir alimentos que no han sido cocinados adecuadamente, que han permanecido demasiado tiempo a temperatura ambiente o que no se han lavado lo suficiente antes de comerlos, son algunas de las causas más frecuentes de estos problemas intestinales.
Dentro de las afecciones más comunes encontramos:
Diarrea Aguda. Se caracteriza por la necesidad de realizar más de 3 deposiciones al día, generalmente líquidas.
SHU (Síndrome Urético Hemolítico). Cuando aparece, suele deberse a carne que no ha sido cocinada de forma correcta, y por tanto ha sido contaminada por la bacteria Escherichia Coli 051. Es importante prestarle atención sobre todo en los niños, que son los más sensibles a padecerla.
Gastroenteritis. Se presenta con diarrea aguda acompañada de dolor abdominal, vómitos e incluso fiebre.
Salmonelosis. La produce la enterobacteria Salmonella y es una de las infecciones alimentarias más agresivas. Sus síntomas coinciden con una gastroenteritis pero además se suele acompañar con fiebre alta y dolor muscular.
Como sabemos, es muy importante hidratarse durante estos meses de calor. Por ello, si se sufre alguna alteración intestinal, necesitamos beber agua de forma más continuada, ya que producen deshidratación y desmineralización.
¿Y qué podemos hacer para evitarlo? Podemos reducir el riesgo de padecer trastornos en nuestro sistema digestivo durante el verano si prestamos atención a las siguientes recomendaciones:
Lavar muy bien los alimentos
Una vez han sido cocinados los alimentos, no dejarlos a temperatura ambiente más tiempo del necesario
Igualmente es muy importante saber conservar los alimentos, estén cocinados o no
Vigilar las fechas de caducidad, sobre todo de carnes y pescados
En verano, es habitual comer más fuera de casa. Si no son establecimientos conocidos o de confianza, se debe prestar atención a las normas básicas como el uso de guantes, limpieza o la buena conservación de los alimentos
Mantener tu sistema digestivo en forma. Para ello es esencial tener en equilibrio nuestra flora intestinal con probióticos premium de alta calidad
El ácido ascórbico, más conocido como vitamina C, es un nutriente esencial para nuestro organismo. Esta vitamina liposoluble debe formar parte de nuestra dieta. ¿Quieres saber por qué? En las siguientes líneas os explicamos su importancia y qué pasa en nuestro cuerpo cuando no tenemos una cantidad adecuada de la misma.
Los beneficios más importantes de la vitamina C son:
Participa en la cicatrización de las heridas
Ayuda a nuestro organismo a asimilar mejor el hierro de los alimentos que ingerimos
Fortalece nuestro sistema inmunitario
Es un potente antioxidante
Imprescindible para la generación y asimilación del colágeno
Con todo ello, podemos decir que, añadir vitamina C a nuestra dieta, nos ayuda a cuidar la salud de nuestra piel, por influir en la formación de colágeno así como su participación en la lucha contra los radicales libres.
Pero, ¿qué pasa si no aporto a mi cuerpo la cantidad de vitamina C necesaria?
Los síntomas y problemas más habituales cuando tenemos déficit de esta vitamina son:
Músculos debilitados
Gingivitis
Dificultad para cicatrizar heridas
Hematomas
Inflamación de las articulaciones
Cansancio y malestar general
¿Y si tomara una cantidad de vitamina C superior a la necesaria?
La cantidad diaria recomendada en adultos de esta vitamina es de 90 mg al día. Tomar un exceso de esta vitamina, no es perjudicial para nuestro organismo porque dicho exceso se elimina en la propia orina. Sin embargo, tomar cantidades superiores a 2.000 mg al día, sí que puede causarnos diferentes síntomas como náuseas o acidez.
¿Es difícil alcanzar la cantidad diaria recomendada?
Para nada. Si se lleva una dieta equilibrada con aportes de frutas y verduras, como la naranja o el brócoli, se alcanza la cantidad de vitamina C necesaria fácilmente. Por ejemplo, 100 gramos de pimiento rojo aporta 139 mg de vitamina C. O el brócoli, 100mg por cada 100 gramos de este alimento.
Pero sí que hay que tener cuidado con la forma de tomar esta vitamina. Es muy sensible a la luz y a la temperatura, por lo que cuanto más procesado esté el alimento, menos cantidad de vitamina C nos aportará. Lo ideal es incluir, al menos, una ración de fruta fresca y una de verdura cruda. Si se preparan es mejor cocinarlas al vapor y no durante mucho tiempo.
Llega el verano y con él las molestas picaduras. Las picaduras en general suponen un problema o molestia menor, aunque nunca deben subestimarse ya que su efecto dependerá mucho de la persona, especialmente si está sensibilizada.
CUIDADO CON ABEJAS Y AVISPAS
Abejas y avispas inyectan un veneno que contiene una mezcla de sustancias que provocan una reacción normalmente local y limitada.
Tras una picadura de abejas o avispas se produce una reacción en la piel que generalmente es de corta duración, con enrenrojecimiento e hinchazón alrededor del sitio de la picadura, dolor más o menos intenso dependiendo del lugar seguido de picor, de unas pocas horas de duración, aunque en algunas ocasiones puede durar más tiempo.
En individuos sanos, una sola picadura no suele tener mayores problemas. Pero hay que preveer complicaciones en casos especiales:
Picaduras bucofaríngeas que pueden producir obstrucción respiratoria.
Picaduras múltiples (más de 50 – 100) que pueden producir nauseas, diarrea, convulsiones y coma.
Posible reacción anafiláctica con dificultad para respirar y mareos, que necesitan atención médica inmediata y puede darse en personas alérgicas con una simple picadura.
Cómo se tratan estas picaduras
La primera medida si se trata de una picadura de abeja es extraer el aguijón con cuidado para que no se extienda el veneno, lavar el área afectada con agua y usar un antiséptico.
Puede aplicarse calor local (las toxinas son termolábiles), antihistamínicos por vía oral y algún corticoide tópico para disminuir la inflamación. Si el dolor es intenso se puede administrar un analgésico.
Si una persona ha tenido alguna vez una picadura de avispa o abeja que haya desencadenado una reacción más grave con dolor e hinchazón que pueden alcanzar 10 cm de diámetro y tardar días en desaparecer, es bastante posible que tenga alergia al veneno de estos insectos.
En caso de alergia a avispas o abejas se debe llevar siempre encima un antihistamínico o adrenalina para poder administrarse en caso de picadura. De igual forma es conveniente llevar una placa que identifique el riesgo.
LOS MOLESTOS MOSQUITOS
Los mosquitos son los insectos que más picaduras producen, sobre todo en verano, atacando generalmente desde el comienzo del crepúsculo hasta la salida del sol.
Las picaduras de mosquitos son causadas por las hembras, que se alimentan de la sangre para obtener una proteína que necesitan para madurar sus huevos.
Cuando nos pica un mosquito inyecta saliva en la piel. Las proteínas de la saliva, desencadenan una reacción del sistema inmune que resulta en la característica picazón e inflamación en forma de ronchas que dura unos días.
Si aparecen signos y síntomas más serios, tales como fiebre, dolor de cabeza, áreas grandes de inflamación y dolores en el cuerpo, puede tratarse de una reacción alérgica, en cuyo caso es conveniente contactar con el médico.
Tratamiento
El calor localizado en la picadura desnaturaliza las proteínas de la picadura y evita que la inflamación se transfiera a otras áreas.
El frío reducirá la inflamación e insensibilizará los nervios.
El mecanismo de acción del amoniaco en el alivio local sintomático del prurito ocasionado por picaduras de insectos se basa en su capacidad para modificar el pH de la piel. El amoniaco neutraliza o destruye el ácido de la toxina para evitar que se desencadene la hinchazón y el picor.
Lociones con aloe vera o calamina alivian el picor.
Los antihistamínicos tópicos eliminan el picor pero pueden ser fotosensibilizantes. Es mejor en caso necesario usarlos vía oral.
En casos más severos, el médico puede prescribir corticoesteroides tópicos.
Como prevenir las picaduras
Hay recomendaciones que se pueden seguir para evitar en lo posible las picaduras de los mosquitos:
Usar ropa que cubra la piel.
Evitar el uso de colonias, jabones o lociones aromáticas en el exterior.
Utilizar mosquiteras.
Usar repelentes de mosquitos a base de aceites esenciales (citronella), DEET (N,N,Dietil-3-Metilbenzamida), citrodiol etc, dependiendo de la edad.
PICADURAS DE MEDUSA
La presencia de medusas en nuestras costas se convierte en un hecho frecuente, sobre todo en verano.
Las medusas pueden llegar flotando hasta las mismas playas, y la picadura suele producirse tras el contacto accidental con la medusa o al intentarla coger de forma voluntaria.
Esta picadura produce una gran sensación de dolor y prurito (picor intenso), seguida de una inflamación de la zona afectada, con enrojecimiento y aparición de vesículas en el lugar en el que se produjo.
De manera más rara y en personas especialmente sensibles a estas picaduras la sintomatología puede ser de mayor gravedad, y cursar con nauseas, vómitos convulsiones y algún otro síntoma de importancia.
Tratamiento
Retirar todo resto de tentáculos urticantes (que producen comezón o picor), protéjase bien las manos, pues las estructuras urticantes pueden perforar los guantes.
Neutralice el veneno con una aplicación continua de alcohol, y posteriormente limpiar la piel con agua salada o suero fisiológico. Nunca deberemos usar agua dulce, ya que podrá romper las células urticantes, sufriendo otra picadura.
Durante 15 minutos aproximadamente deberemos aplicar frío a la zona afectada, no aplicar el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla.
Se puede valorar el uso de antiinflamatorios por vía oral y corticoides tópicos para disminuir el picor y la inflamación.
Si el dolor es muy intenso o el estado de la víctima empeora, deberá acudir a un centro médico de inmediato.
ANTE UNA PICADURA, ¿CUÁNDO ACUDIR AL MÉDICO?
Vaya al médico si alguien con una picadura está presentando los siguientes síntomas:
Dificultad para respirar, respiración entrecortada o sibilante.
Hinchazón en cualquier parte de la cara o en la boca.
Opresión en la garganta o dificultad para deglutir.