Enfermedades Típicas de Otoño y Cómo Prevenirlas

El otoño es una estación hermosa, marcada por los colores cálidos de las hojas y el aire fresco. Sin embargo, también es el momento en que muchas personas comienzan a experimentar problemas de salud relacionados con el clima cambiante. Desde resfriados hasta alergias, hay varias enfermedades típicas que pueden afectarnos en esta época del año. Aquí te presentamos las más comunes y consejos sobre cómo prevenirlas.

 

1. Resfriados y Gripe

Con la llegada del frío, los resfriados y la gripe son muy comunes. Estas infecciones virales se propagan fácilmente en ambientes cerrados, donde las personas suelen estar más agrupadas.

Prevención:

  • Vacunación: Considera vacunarte contra la gripe, especialmente si perteneces a un grupo de riesgo.
  • Higiene: Lávate las manos frecuentemente y evita tocarte la cara.
  • Mantén el sistema inmunológico fuerte: Consume una dieta rica en frutas, verduras y proteínas, y asegúrate de descansar lo suficiente.

 

2. Alergias Estacionales

El otoño puede ser un desafío para quienes sufren de alergias. Los ácaros del polvo, el moho y el polen de ciertas plantas pueden desencadenar síntomas alérgicos.

Prevención:

  • Mantén el hogar limpio: Aspira frecuentemente y utiliza deshumidificadores para controlar la humedad.
  • Revisa el pronóstico del polen: Si sabes que hay altos niveles de polen, trata de limitar el tiempo al aire libre.
  • Medicación: Consulta a tu médico sobre antihistamínicos o tratamientos para las alergias.

3. Infecciones Respiratorias

El clima más frío puede favorecer la proliferación de virus y bacterias que causan infecciones respiratorias, como la bronquitis y la neumonía.

Prevención:

  • Evita el contacto cercano con personas enfermas.
  • Mantén una buena ventilación en los espacios cerrados.
  • Hidrátate bien y mantén una buena alimentación para fortalecer tu sistema inmunológico.

4. Enfermedades Gastrointestinales

Los cambios en la dieta y la ingesta de alimentos típicos de la temporada pueden provocar problemas gastrointestinales, como gastroenteritis.

Prevención:

  • Mantén la higiene alimentaria: Lava bien frutas y verduras y asegúrate de cocinar adecuadamente los alimentos.
  • Evita los alimentos en mal estado: Ten cuidado con las sobras y los alimentos que han estado a temperatura ambiente durante mucho tiempo.

5. Estrés y Ansiedad

El regreso a la rutina tras las vacaciones de verano puede provocar niveles elevados de estrés y ansiedad, que afectan nuestra salud en general.

Prevención:

  • Práctica de mindfulness o meditación: Dedica tiempo a actividades que te relajen.
  • Ejercicio regular: La actividad física ayuda a liberar endorfinas, mejorando tu estado de ánimo.
  • Busca apoyo: Habla con amigos o familiares sobre tus sentimientos y busca ayuda profesional si es necesario.

Conclusión

El otoño puede traer consigo una serie de desafíos para nuestra salud, pero con algunas precauciones y un poco de atención, podemos disfrutar de esta hermosa estación sin mayores preocupaciones. Mantente informado, cuida de ti mismo y de los que te rodean, y disfruta de todo lo que el otoño tiene para ofrecer. ¡Tu salud es lo más importante!

Cómo Proteger tu Piel de las Quemaduras del Sol en Verano

El verano es una época del año que muchos esperamos con ansias. Es el momento perfecto para disfrutar de la playa, las piscinas y las actividades al aire libre. Sin embargo, también es una temporada en la que nuestra piel está más expuesta a los dañinos rayos ultravioleta (UV) del sol, lo que puede resultar en dolorosas quemaduras solares. En esta entrada de blog, te ofrecemos consejos prácticos para proteger tu piel y disfrutar del verano sin preocupaciones.

¿Qué son las Quemaduras Solares?

Las quemaduras solares son lesiones en la piel causadas por la sobreexposición a los rayos UV del sol. Estos rayos pueden dañar el ADN de las células de la piel, lo que no solo causa enrojecimiento y dolor, sino que también aumenta el riesgo de cáncer de piel a largo plazo.

Síntomas Comunes

  • Enrojecimiento: La piel se vuelve roja y sensible al tacto.
  • Dolor: Puede variar desde una leve molestia hasta un dolor intenso.
  • Ampollas: En casos severos, pueden aparecer ampollas llenas de líquido.
  • Descamación: Después de unos días, la piel quemada puede comenzar a pelarse.

 

Consejos para Prevenir las Quemaduras Solares

  1. Usa Protector Solar:
    Aplica un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30. Asegúrate de reaplicarlo cada dos horas y después de nadar o sudar.

  2. Evita las Horas Pico:
    Los rayos del sol son más fuertes entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Trata de buscar sombra durante estas horas.

  3. Ropa Protectora:
    Usa ropa ligera pero protectora, como camisetas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.

  4. Hidratación:
    Mantén tu piel hidratada bebiendo suficiente agua y usando lociones hidratantes después de la exposición al sol.

  5. Sombrillas y Toldos:
    Si vas a pasar mucho tiempo al aire libre, considera llevar una sombrilla o toldo para crear sombra adicional.

Tratamiento para Quemaduras Solares

Si ya has sufrido una quemadura solar, aquí tienes algunos pasos para aliviar el dolor y acelerar la recuperación:

  • Enfriar la Piel: Toma baños fríos o aplica compresas frías sobre la zona afectada.
  • Hidratación: Bebe mucha agua para ayudar a tu cuerpo a recuperarse.
  • Aloe Vera: Aplica gel de aloe vera para calmar e hidratar la piel.
  • Analgésicos: Medicamentos como el ibuprofeno pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
  • Evita Exponer Más la Piel: Hasta que te recuperes completamente, evita exponer la zona afectada al sol.

Conclusión

Las quemaduras solares no solo son incómodas sino también peligrosas para tu salud a largo plazo. Siguiendo estos consejos simples pero efectivos, puedes disfrutar del verano mientras mantienes tu piel protegida y saludable. Recuerda siempre ser consciente del tiempo que pasas bajo el sol y tomar medidas preventivas adecuadas.

¡Cuida tu piel este verano y disfruta del sol con responsabilidad!

Mantén tu Salud en Verano: Consejos y Cuidados Esenciales

El verano es una de las estaciones más esperadas del año. Las vacaciones, los días más largos y las actividades al aire libre hacen de esta época un momento ideal para disfrutar. Sin embargo, el aumento de las temperaturas también trae consigo algunos riesgos para la salud que debemos tener en cuenta. Aquí te presentamos algunos consejos esenciales para mantenerte saludable durante el verano.

1. Hidratación: Clave para el Bienestar

La hidratación es fundamental durante los meses de calor. Nuestro cuerpo pierde más agua a través del sudor, por lo que es vital reponer líquidos constantemente. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua al día y aumentar la ingesta si se realizan actividades físicas intensas o se pasa mucho tiempo al sol. Además del agua, las frutas ricas en agua como la sandía, el melón y las naranjas son excelentes opciones para mantenernos hidratados.

2. Protección Solar: Cuidando Nuestra Piel

La exposición prolongada al sol sin protección puede causar quemaduras, envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Es esencial usar un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30, aplicarlo 30 minutos antes de salir y volver a aplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar. Además, utiliza sombreros, gafas de sol y ropa ligera que cubra la piel para reducir la exposición directa.

3. Alimentación Saludable: Energía y Vitalidad

El verano es una oportunidad perfecta para disfrutar de comidas ligeras y frescas. Incorpora ensaladas, frutas y verduras a tu dieta diaria. Estos alimentos no solo son refrescantes, sino que también están llenos de nutrientes esenciales que ayudan a mantener tu energía y a combatir el calor. Evita las comidas pesadas y opta por porciones pequeñas y frecuentes para facilitar la digestión.

Couple sunbathing on a beach chair and umbrella color The beach is bright blue. During the summer

4. Actividad Física: Mantente Activo, pero con Precaución

El ejercicio es importante, pero en verano debemos ser cautelosos. Evita las horas de mayor calor (entre las 11 a.m. y las 4 p.m.) para hacer ejercicio. Opta por actividades en la mañana temprano o al atardecer. Mantente hidratado y lleva ropa adecuada para la actividad física. Considera deportes acuáticos como la natación, que son refrescantes y beneficiosos para la salud.

5. Prevención de Enfermedades: Cuida de tu Salud

El calor excesivo puede provocar golpes de calor, agotamiento por calor y deshidratación. Conoce los síntomas de estas condiciones: mareos, náuseas, dolor de cabeza y debilidad. Si sientes alguno de estos síntomas, busca un lugar fresco, bebe agua y descansa. Además, ten cuidado con los alimentos que consumes, ya que las altas temperaturas pueden aumentar el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Mantén los alimentos refrigerados y consume productos frescos.

6. Descanso Adecuado: La Importancia del Sueño

El calor puede afectar la calidad del sueño. Mantén tu habitación fresca, usa ropa de cama ligera y opta por pijamas de algodón. Considera usar un ventilador o aire acondicionado para regular la temperatura durante la noche. Un buen descanso es fundamental para disfrutar plenamente de las actividades veraniegas y mantener una buena salud mental y física.

7. Cuidado de los Ojos: Protege tu Visión

El sol también puede dañar nuestros ojos. Usa gafas de sol que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. Si usas lentes de contacto, considera aquellos que ofrecen protección UV adicional. Mantener los ojos protegidos ayuda a prevenir problemas como la conjuntivitis y las cataratas.

8. Planifica tus Actividades: Disfruta con Seguridad

Planificar actividades al aire libre es una excelente manera de disfrutar el verano, pero siempre con seguridad. Busca sombras, lleva agua y usa ropa adecuada. Si vas a la playa o a la piscina, respeta las señales y advertencias y nunca nades solo.

El verano es una época maravillosa para disfrutar del sol y el aire libre, pero es esencial tomar medidas para proteger nuestra salud. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de un verano lleno de energía, bienestar y diversión. ¡Cuídate y disfruta al máximo esta temporada!

 
 

¡Atención! Alergias: Cómo Entenderlas y Manejarlas

Las alergias son una respuesta del sistema inmunológico a sustancias extrañas que entran en contacto con nuestro cuerpo. Aunque pueden manifestarse de diversas formas y grados de severidad, es fundamental comprenderlas y aprender a manejarlas adecuadamente para mantener nuestra calidad de vida. En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre las alergias y cómo abordarlas de manera efectiva.

¿Qué son las alergias?

Las alergias son reacciones exageradas del sistema inmunológico a sustancias inofensivas para la mayoría de las personas, como polen, ácaros del polvo, alimentos, medicamentos, entre otros. Estas sustancias, llamadas alérgenos, desencadenan una respuesta inmunitaria que puede manifestarse en una amplia gama de síntomas, desde estornudos y picazón hasta dificultades para respirar y anafilaxia.

Tipos comunes de alergias

  1. Alergias Respiratorias: Son las más comunes y están asociadas con alérgenos inhalados, como polen, ácaros del polvo y caspa de animales. Pueden provocar síntomas como estornudos, picazón en la nariz, congestión nasal y dificultades para respirar.

  2. Alergias Cutáneas: Estas alergias afectan la piel y pueden ser desencadenadas por diversos alérgenos, incluyendo productos químicos, metales, látex, alimentos y plantas. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, hinchazón y erupciones cutáneas.

  3. Alergias Alimentarias: Ocurren cuando el sistema inmunológico reacciona a ciertos alimentos, como nueces, mariscos, lácteos o trigo. Los síntomas pueden variar desde leves, como picazón en la boca, hasta graves, como hinchazón de la garganta o anafilaxia.

Manejo y tratamiento

El manejo de las alergias generalmente implica evitar los alérgenos conocidos siempre que sea posible y utilizar medicamentos para controlar los síntomas. Algunas medidas que pueden ayudar incluyen:

  • Identificar los alérgenos: Realiza pruebas de alergia para identificar qué sustancias desencadenan tus síntomas y evítalas en la medida de lo posible.

  • Medicamentos antialérgicos: Antihistamínicos, descongestionantes y esteroides nasales pueden ayudar a controlar los síntomas de las alergias.

  • Inmunoterapia: En casos graves o persistentes, tu médico puede recomendar la inmunoterapia, un tratamiento que expone gradualmente a tu cuerpo a pequeñas cantidades del alérgeno para reducir la sensibilidad con el tiempo.

 

¡Consulta a un profesional!

Si experimentas síntomas de alergia, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud. Un médico o un alergólogo puede ayudarte a determinar la causa de tus síntomas y desarrollar un plan de manejo personalizado.

En resumen, las alergias son reacciones comunes pero manejables que afectan a millones de personas en todo el mundo. Con una comprensión adecuada y un manejo efectivo, puedes minimizar el impacto de las alergias en tu vida diaria y disfrutar de una mejor calidad de vida. ¡No dejes que las alergias te detengan, actúa hoy para controlarlas y vivir sin limitaciones!

Protección Solar: Tu Escudo contra los Rayos del Sol

El sol, fuente vital de energía y luz, puede ser tanto amigo como enemigo. Mientras disfrutamos de sus cálidos rayos, es crucial recordar que la exposición excesiva y sin protección puede dañar nuestra piel irreversiblemente. En este artículo, exploraremos la importancia de los protectores solares y cómo elegir el adecuado para ti.

¿Por qué es importante la protección solar?

El sol emite radiaciones ultravioleta (UV) que pueden penetrar en la piel y causar daño celular. Este daño no solo puede provocar quemaduras solares, sino también contribuir al envejecimiento prematuro de la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Es por eso que aplicar protector solar es fundamental para mantener la salud y la juventud de nuestra piel

¿Qué debes buscar en un protector solar?

  1. Factor de Protección Solar (FPS): Este número indica cuánta protección ofrece el producto contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares. Se recomienda un FPS de al menos 30 para una protección efectiva.

  2. Amplio Espectro: Asegúrate de que el protector solar ofrezca protección tanto contra los rayos UVB como contra los UVA, que pueden causar daño a largo plazo, como arrugas y manchas.

  3. Resistente al Agua: Especialmente si planeas nadar o sudar, elige un protector solar resistente al agua para una protección duradera.

  4. Textura y Tipo: Los protectores solares vienen en diversas texturas, como lociones, geles, cremas y aerosoles. Elige uno que se adapte a tu tipo de piel y preferencias personales.

Consejos para una aplicación efectiva

  • Cantidad adecuada: Aplica una cantidad generosa de protector solar (aproximadamente una cucharadita para el rostro y una onza para el cuerpo) y reaplica cada dos horas, o después de nadar o sudar.

  • Aplicación uniforme: Asegúrate de cubrir todas las áreas expuestas de la piel, incluyendo el cuello, las orejas, la parte superior de los pies y el cuero cabelludo si tienes el cabello fino.

  • Uso diario: La protección solar no es solo para los días soleados. Incluso en días nublados, los rayos UV pueden penetrar las nubes y dañar tu piel, así que asegúrate de aplicar protector solar todos los días.

¡Protege tu piel, protege tu salud!

En resumen, la protección solar es un paso crucial en tu rutina diaria de cuidado de la piel. No solo ayuda a prevenir quemaduras solares, sino que también protege contra el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel. Con una amplia gama de opciones disponibles, encontrar el protector solar perfecto para ti es más fácil que nunca. ¡No te arriesgues, protege tu piel y disfruta del sol de manera segura!

 

 

Recuerda, tu piel es valiosa y merece ser protegida. ¡No escatimes en protección solar y disfruta del sol de forma segura y responsable!

Cómo mantenerse sano en el frío: Sugerencias para este invierno

Mantener la buena salud durante los meses más fríos es el primer paso para poder disfrutar de todas las actividades que ofrece la temporada.

Al pasar más tiempo adentro durante el otoño y el invierno, usted está más cerca de otras personas. Esto aumenta sus probabilidades de contagiarse con virus que causan resfriados, la gripe o COVID-19. El aire seco del invierno también puede debilitar las barreras naturales de mucosidad de la nariz, la boca y los pulmones, que es por donde entran al cuerpo los virus.

Vacúnese contra la gripe

En Estados Unidos, la gripe estacional enferma cada año a millones de personas y causa miles de hospitalizaciones y muertes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que se vacunen contra la gripe todas las personas de seis meses de edad en adelante. Las vacunas contra la gripe se actualizan cada año para proteger mejor contra las nuevas cepas del virus.

Reduzca la propagación

Para ayudar a reducir la propagación de la gripe, los resfriados y otros virus, incluyendo el COVID-19, usted debe:

  • Lavarse las manos a menudo: Es la mejor manera de protegerse de las enfermedades.
  • Limpie las superficies con un limpiador desinfectante.
  • Mantenga su distancia de las personas enfermas.
  • Evite tocarse los ojos, la nariz o la boca.
  • Manténgase hidratado, para que su cuerpo elimine las toxinas.
  • Duerma lo suficiente para mantener su sistema inmunitario fuerte.

Prefiera alimentos nutritivos

Comer una dieta rica en verduras, frutas, proteínas magras y granos integrales también puede ayudarle a mantener una buena salud durante los meses más fríos. Cuando quiera darse un gusto, considere opciones que le satisfagan, pero que tengan menos grasas y azúcar añadida; y fíjese en el tamaño de las porciones. Cuando haga la lista de compras de alimentos para las fiestas, considere alternativas más saludables a los tradicionales alimentos reconfortantes.

Manténgase activo

Los días más cortos y el clima más frío pueden hacer que haga menos ejercicio. Pero incluso el ejercicio moderado, como una caminata rápida, rastrillar hojas o subir escaleras, puede ayudar. La actividad física puede ayudarle a mantener el peso y a adelgazar, reducir la ansiedad, bajar la presión arterial y mejorar la calidad del sueño.

10 CONSEJOS PARA REFORZAR EL SISTEMA INMUNE ESTE INVIERNO

Ahora que el invierno está a la vuelta de la esquina y el termómetro hace días que ha bajado, es importante reforzar el sistema inmune. Hay muchas maneras de fortalecer nuestras defensas mediante una alimentación equilibrada, con productos bio y ecológicos, y unos hábitos de vida saludables. A continuación, exponemos algunos consejos que te ayudarán a mantener tus niveles de energía y sentirte bien durante estos meses de frío.

 

1. INCORPORA ALIMENTOS PROBIÓTICOS

 

Los probióticos ayudan a mantener la flora intestinal en buen estado, que a su vez está íntimamente relacionada con el sistema inmune. Puedes optar por kombucha, chucrut, Kéfir, yogur, miso o tempeh, entre otros.

 

2. CONSUME ALIMENTOS DE TEMPORADA, LLENA TU CUERPO DE VITAMINAS

 

Consumir cítricos como naranjas, limones o mandarinas, junto con alimentos de hoja verde (brócoli, col kale, acelgas o espinacas) y raíces de temporada, como boniato o zanahoria, es ideal para obtener los nutrientes esenciales que protegerán nuestras defensas. Combínalos como más te guste en recetas variadas y calentitas que te harán sentir bien durante estos meses de frío.

 
 
 

3. INCLUYE LEGUMBRES EN TU DIETA

 

A parte de ser deliciosas, las legumbres aportan sobre todo hierro y vitamina B6, ambas necesarias para el buen funcionamiento del sistema inmune. Puedes optar por lentejasgarbanzosazukisalubias… y añadir un chorrito de limón natural a tu plato de legumbres, ya que la vitamina C favorece la absorción de este mineral.

 
 

4. CONSUME AJO Y/O CEBOLLA

 

El ajo y la cebolla son viejos aliados del sistema inmune. Su poder antivírico y antifúngico hace que nos protejan de los resfriados de invierno. Puedes comerlos crudos o cocinados según tu tolerancia y capacidad de digestión. El ajo es especialmente interesante por su aporte de vitaminas del grupo B, calcio, hierro, yodo y fósforo.

 

5. NO TE OLVIDES DE FRUTOS SECOS Y FRUTOS ROJOS

 

Consumir frutos secos y frutos rojos con regularidad y moderación contribuye a una mejora del sistema inmunológico. Incluye almendras, nueces, nueces de Brasil, avellanas y bayas en tu alimentación y te sentirás con más energía.

6. TOMA AVENA DE VEZ EN CUANDO

 

La avena es ideal para la salud cardiovascular, digestiva y para el sistema inmune en general. Al ser un cereal de absorción lenta proporciona energía durante un largo periodo de tiempo y facilita la absorción de sus numerosos nutrientes: fósforo, magnesia, hierro y vitamina B1. Todos ellos beneficiosos para nuestro sistema inmune.

 
 
 

7. SIGUE UNA RUTINA ALIMENTARIA

 

Siempre que puedas, intenta establecer una rutina alimentaria saludable. Esto significa tratar de hacer las comidas principales cada día a la misma hora. De esta manera, el cuerpo se acostumbra, mejoran las digestiones y el funcionamiento del organismo en general. También es una técnica para no comer más de la cuenta o evitar saltarse comidas.

 
 

8. EL DESCANSO ES IMPORTANTE

 

Dormir ocho horas cada día es igual de importante que seguir una alimentación saludable. Y mejor si nos acostamos cada día a la misma hora. El descanso es necesario para que nuestro cuerpo se regenere y es imprescindible para un buen sistema inmunológico. Además, si dormimos las horas necesarias, regulamos el hambre y evitamos comer en exceso.

 

9. CONTROLA EL ESTRÉS

 

Al igual que un sueño deficiente, el estrés prolongado altera las funciones de nuestro organismo y perjudica el sistema inmune. En casos de estrés o ansiedad es útil hacer meditación, yoga o probar técnicas como el mindfulness para aprender a gestionar las emociones y controlar la respiración.

 

10. HAZ EJERCICIO REGULAR

 

En la misma línea que el punto anterior, practicar ejercicio moderado de forma regular ayuda a gestionar el estrés y libera endorfinas, la hormona de la felicidad. Tener una vida activa mejora el humor y el bienestar del cuerpo y todo ello contribuye a un mejor sistema inmune.

 

Cómo fortalecer las defensas de cara al invierno

Existen una serie de nutrientes y vitaminas que no deben de faltar en una dieta que pretenda reforzar su sistema inmunitario. Algunos de los más importantes son el selenio, hierro, zinc, cobre, magnesio, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina A, vitamina D,  vitamina E, omega 3 y omega 6. Todos ellos podemos encontrarlos en una alimentación sana y equilibrada, sobre todo en la escala piramidal de frutas, verduras y hortalizas. Algunos de los alimentos que fortalecen las defensas de nuestro organismo y reúnen aquellos nutrientes necesarios son: 

  • Cítricos: limones, naranjas, mandarinas o pomelos contienen altos niveles de vitamina C y antioxidante, cuyo consumo diario es recomendado por la OMS.
  • Hierbas y especias: especialmente destacables en esta categoría son los ajos, cebollas y el orégano, elementos anti-bacterianos frecuentes en nuestros platos.
  • Pescados azul: entre estos se encuentran el atún, salmón o las sardinas. Son una fuente esencial de ácidos grasos de Omega 3.
  • Frutos secos: desde pipas de calabaza hasta las almendras, pasando por las nueces, estos frutos son importantes para el el consumo de un alto contenido vitamínico y grasas saludables.
  • Frutas y verduras: en general, todas contienen el aporte nutritivo fundamental para reforzar el sistema inmune. Algunas de las que no se consumen habitualmente y es recomendable incorporar a la dieta son el brócoli, espinacas, pimientos, los arándanos, el kiwi y las fresas.
  • Hortalizas y tubérculos: liderados por la zanahoria, la remolacha y el boniato, con alto contenido de vitamina A y otras propiedades dedicadas al bienestar físico como la piel.
  • Otros como el chocolate negro y el té verde: aunque no es conveniente abusar de él, su aporte de teobromina y antioxidantes son clave para generar glóbulos blancos.

Consejos para la rutina

Todo el mundo sabe lo que no se debe hacer: evitar las bebidas alcohólicas, fumar, comer comida basura… Pero además, existen hábitos imprescindibles que incorporar a la rutina para ayudar a las defensas a fortalecer el sistema inmunológico. Algunos de estos consejos son: 

  • Lavarse las manos de forma adecuada y frecuente.
  • Tomar el sol, al menos, 15 minutos al día.
  • No consumir azúcar ni comida procesada.
  • Dormir las horas suficientes para tener un sueño reparador.
  • Evitar los lugares con aglomeraciones o que generen extrés.
  • Realizar, al menos, tres días a la semana algún tipo de actividad física.
  • Salir a pasear con frecuencia

¿Qué es la conjuntivitis?

¿Cómo son los ojos?

El ojo humano es un órgano cuya función consiste en recibir los rayos luminosos procedentes de los objetos y convertirlos en impulsos electroquímicos que son conducidos al cerebro, al centro nervioso de la visión.

 

 

 

 

 

 

Los ojos se componen de las siguientes partes:

  • Iris: es la parte coloreada del ojo y controla la cantidad de luz que atraviesa la pupila, aumentando o disminuyendo su tamaño en función de su intensidad.
  • Pupila: es la parte central del iris, por la que la luz pasa a través del cristalino. Se contrae o se dilata según la cantidad de luz.
  • Cristalino: es una lente que permite enfocar el haz de luz hacia la  retina.
  • Córnea: es una de las zonas externas del ojo. Protege al cristalino y al iris y permite el paso de la luz, por eso es trasparente.
  • Retina: es la parte del ojo sensible a la luz y está compuesta por dos tipos de células: los conos, cuya función es dar información sobre la nitidez y el color; y los bastones, que nos ayudan a percibir el brillo y el blanco y negro. La retina convierte los rayos de luz que recibe en energía eléctrica, que se transfiere al nervio óptico.
  • Nervio óptico: es el encargado de conducir los impulsos eléctricos de los conos y los bastones al cerebro.
  • Lóbulo occipital: es la parte del cerebro que convierte esa energía eléctrica en imagen.
  • Conjuntiva: es una membrana delgada que cubre la superficie interna del párpado y la parte blanca del globo ocular (la esclerótica).
  • Esclerótica: es la pared exterior blanca del ojo. Es un tejido fuerte y fibroso que se extiende desde la córnea (la sección frontal y transparente del ojo) hasta el nervio óptico en la parte posterior del ojo. La esclerótica le da su color blanco al ojo.

Las personas tienen una vista óptima cuando todos estos elementos funcionan correctamente. Si alguno de ellos falla, pueden producirse problemas típicos como miopía, hipermetropía, astigmatismo,  presbicia (vista cansada) o cataratas, entre otros.

Por todo ello, el sentido de la vista y el estado de nuestros ojos es importantísimo, puesto que el 50% de la información que recibimos de nuestro entorno nos llega a través de ellos.


¿Qué es la conjuntivitis?

La conjuntivitis consiste en la inflamación de la conjuntiva, ese tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. La conjuntiva, que contiene pequeños vasos sanguíneos, produce una sustancia viscosa para mantener húmeda y protegida la superficie del ojo. Cuando esta membrana mucosa se inflama, los vasos sanguíneos se hacen más grandes y visibles, lo que otorga al ojo un color rosado o rojizo, y puede provocar molestias, una mayor producción de legañas, etc. Estos signos de conjuntivitis pueden producirse en ambos ojos o sólo en uno de ellos.

Si bien la conjuntivitis es una afección leve y no suele provocar daños importantes, sí es importante tomar precauciones cuando se contrae, ya que la mayor parte de los casos son contagiosos.


¿A quién puede afectar la conjuntivitis?

La conjuntivitis es una dolencia común del ojo a nivel mundial que afecta tanto a adultos como a niños, aunque es más frecuente en los menores debido al estrecho contacto que mantienen con otros niños en las escuelas infantiles y guarderías, lo que facilita el contagio entre ellos.


¿Qué tipos de conjuntivitis hay?

En función de la causa, se distinguen varios tipos de conjuntivitis:

  • Conjuntivitis vírica. Se produce cuando un virus, que puede ser de diferentes clases, infecta el ojo. Muchos de estos casos están asociados a infecciones de las vías respiratorias superiores o resfriados comunes. Por lo general, la infección comienza en un ojo y puede pasar al otro en los días siguientes. Se propaga fácil y rápidamente entre las personas, aunque suele ser leve y desaparece entre los siete y los catorce días, sin causar efectos a largo plazo.
  • Conjuntivitis bacteriana. La conjuntivitis bacteriana está causada por la infección del ojo con bacterias como el estafilococo o el estreptococo. Es más infrecuente que los cuadros víricos. Puede contagiarse con facilidad y afectar a ambos ojos y también suele ser de carácter leve y curarse en pocos días o semanas.
  • Conjuntivitis alérgica. Sucede cuando alérgenos como la caspa de las mascotas, el polen, el moho, los cosméticos o los ácaros del polvo provocan la inflamación de la conjuntiva. Suele afectar a ambos ojos y se presenta más habitualmente en personas que sufren otras afecciones de origen alérgico, como rinitis o asma. Este tipo de conjuntivitis no es contagiosa.
  • Conjuntivitis química o irritativa. Está provocada por una sustancia química o un cuerpo extraño en el ojo que irritan o infectan la conjuntiva. Por ejemplo, el cloro de la piscina, el aire acondicionado o la contaminación ambiental causada por humos, gases o vapores de sustancias químicas. También el uso de lentes de contacto puede causarla, sobre todo si se duerme con ellas o no se limpian adecuadamente. Este tipo de conjuntivitis tampoco es contagiosa.

¿Cuáles son sus síntomas?

Aunque existen una serie de síntomas comunes, los signos de esta afección pueden variar en función del tipo de conjuntivitis y las causas que lo provocan. Según la Sociedad Española de Oftamología (SEO), los pacientes con conjuntivitis vírica suelen presentar los siguientes problemas:

  • Ojo rojo con molestias como ardor y escozor.
  • Aumento de las secreciones.
  • Incremento de las legañas, sobre todo al despertarse.
  • Aumento de la frecuencia del lagrimeo.
  • Sensibilidad a la luz.
  • En ocasiones, puede darse hinchazón en los párpados.
  • A veces, se produce también la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo.

Estos síntomas pueden durar entre una y dos semanas, aunque la enfermedad puede tardar hasta un mes en desaparecer por completo. En el caso de la conjuntivitis bacteriana, las secreciones suelen ser más abundantes y espesas, y a menudo adquieren un color amarillo-verdoso. Los síntomas en este caso pueden durar desde dos días hasta tres semanas.

Por último, cuando se trata de una afección alérgica, uno de los signos principales es un picor intenso en el ojo, que aumenta al frotarse. En general, los síntomas en el ojo de este tipo de conjuntivitis son paralelos a los de la rinitis alérgica en la nariz.


¿La conjuntivitis es contagiosa?

Sí. Las conjuntivitis bacterianas, pero sobre todo las víricas, pueden propagarse con mucha facilidad, pues las  partículas víricas son capaces de sobrevivir durante semanas en superficies secas como sábanas, almohadas, toallas o utensilios del baño. En este sentido, la SEO recuerda  que las principales vías de contagio son el contacto directo con secreciones respiratorias y oculares, así como con las manos y el uso compartido de toallas para limpiarnos las manos. La infección puede ser esporádica o producirse en brotes epidémicos en centros de trabajo, escuelas, centros deportivos o piscinas.


¿Cómo se diagnostica?

Normalmente, la conjuntivitis se diagnostica de acuerdo a los síntomas, a los antecedentes del paciente y a un examen médico general del ojo. En raras ocasiones, pueden ser necesarias pruebas de laboratorios como tests de diagnóstico rápido o análisis de las secreciones, si se sospechan formas más graves de conjuntivitis víricas o bacterianas.

En el caso de la conjuntivitis alérgica, es preciso descartar otras enfermedades y confirmar con pruebas en piel o análisis de sangre que el paciente sufre alguna alergia y que ésta es la causante de la inflamación de la conjuntivitis. En ocasiones, basta con observar cuándo, cómo y por qué aparecen los síntomas. Por ejemplo, si se producen en primavera con la llegada del polen o ante el contacto con un animal doméstico.


¿Cómo se trata la conjuntivitis?

El tratamiento de esta afección del ojo varía también en función de la causa que la provoca, pero en general está enfocado a paliar los síntomas y prevenir complicaciones y contagios.

En el caso de la conjuntivitis vírica, es importante realizar lavados frecuentes del interior del ojo con una lágrima artificial –pequeños envases desechables de suero fisiológico- y aplicar compresas frías para disminuir la inflamación. Los antibióticos son útiles únicamente frente a la conjuntivitis bacteriana, por lo que el profesional puede recetarlos en este caso en forma de colirio o pomada para los ojos, además de la utilización de suero fisiológico y compresas frías para paliar la sequedad.

En el caso de variantes más graves de conjuntivitis vírica, como la conjuntivitis herpética, el especialista puede prescribir antivirales vía oral.

Por último, tanto en el caso de las conjuntivitis alérgicas como tóxicas o irritativas, es necesario evitar la exposición a los agentes externos que provocan la inflamación. Para la primera, el especialista puede prescribir también colirios antihistamínicos o ciclos cortos de corticoides.

 

Mordeduras y picaduras de insectos

Las mordeduras y picaduras de insectos pueden causar una reacción cutánea inmediata. Las mordeduras de las hormigas rojas y las picaduras de abejas, avispas y avispones con frecuencia son dolorosas. Es más probable que las picaduras de mosquitos, pulgas y ácaros causen picazón antes que dolor.

Las picaduras de insectos y arañas causan más muertes por intoxicación que las mordeduras de serpientes. La mayoría de las muertes por mordedura de insectos se deben a reacciones alérgicas al veneno, más que a las toxinas del veneno en sí.

Consideraciones

En la mayoría de los casos, las mordeduras y picaduras de insectos se pueden tratar en casa fácilmente.

Algunas personas tienen reacciones extremas que requieren tratamiento inmediato para prevenir la muerte.

Algunas picaduras de arañas, como la viuda negra o la reclusa parda, pueden causar enfermedades serias o la muerte. La mayoría de las picaduras de arañas son inofensivas. Si es posible, lleve el insecto o araña que lo mordió con usted cuando busque tratamiento para su identificación.

 

 

 

 

Síntomas

Los síntomas dependen del tipo de picadura o mordedura y pueden incluir:

  • Dolor
  • Enrojecimiento
  • Hinchazón
  • Picazón
  • Ardor
  • Entumecimiento
  • Hormigueo

Algunas personas tienen reacciones graves y potencialmente mortales a las picaduras de abejas o de insectos. Esto se denomina shock anafiláctico. Esta afección puede ocurrir rápidamente y llevar a la muerte rápida si no se trata de manera oportuna.

Los síntomas de anafilaxia pueden ocurrir rápidamente y afectar a todo el cuerpo. Estos incluyen:

  • Dolor abdominal o vómitos
  • Dolor en el pecho
  • Dificultad para tragar
  • Dificultad para respirar
  • Hinchazón de la cara o la boca
  • Desmayos o mareos
  • Erupción o enrojecimiento

Primeros auxilios

En caso de reacciones graves, primero examine las vías respiratorias y la respiración de la persona. Llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) e inicie respiración boca a boca y RCP. Después, siga estos pasos:

  1. Conforte a la persona, tratando de mantenerla calmada.
  2. Quite anillos y otras joyas que se puedan atascar ya que la zona podría hincharse.
  3. Utilice el estuche de epinefrina (Epi-pen) de la persona o cualquier otro artículo de botiquín de primeros auxilios, si existe uno (algunas personas que tienen reacciones graves a insectos llevan uno consigo).
  4. Si es necesario, trate a la persona en caso de señales de shock y acompáñela hasta que llegue la asistencia médica.

Medidas generales para la mayoría de mordeduras y picaduras:

Retire el aguijón si está presente raspando con la parte posterior de una tarjeta de crédito o algún otro objeto de borde recto. No utilice pinzas, ya que estas pueden apretar el saco del veneno y aumentar la cantidad de veneno secretado.

Lave muy bien la zona afectada con agua y jabón. Después, siga estos pasos:

  1. Aplique hielo (envuelto en un trozo de tela) en el sitio de la picadura por 10 minutos, retírelo por 10 minutos y repita el proceso.
  2. Si es necesario, tome un antihistamínico o aplique cremas que reduzcan la picazón.
  3. Durante los siguientes días, esté atento a señales de infección (como aumento del enrojecimiento, hinchazón o dolor).

No se debe

Tome las siguientes precauciones:

  • NO aplique torniquetes.
  • NO le administre a la persona estimulantes, ácido acetilsalicílico (aspirin) ni cualquier otro medicamento para el dolor, a menos que el proveedor de atención médica lo prescriba.

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame al 911 o a su número local de emergencias si alguien con una picadura está presentando los siguientes síntomas:

  • Dificultad para respirar, respiración entrecortada o sibilante
  • Hinchazón en cualquier parte de la cara o en la boca
  • Opresión en la garganta o dificultad para tragar
  • Sensación de debilidad
  • Tornarse azul

Si usted tuvo una reacción grave en todo el cuerpo a una picadura de abeja, su proveedor debe referirlo con un alergólogo para que le realice pruebas cutáneas y tratamiento. Usted debe recibir un equipo de emergencia para llevarlo consigo a dondequiera que vaya.

Prevención

Puede ayudar a prevenir las mordeduras y picaduras de insectos haciendo lo siguiente:

  • Evite usar perfumes y ropa con figuras florales o de color oscuro cuando camine en bosques, campos u otras áreas en las cuales se sabe que hay un gran número de abejas u otros insectos.
  • Evite los movimientos rápidos y bruscos cerca de colmenas o nidos de insectos.
  • No ponga las manos en nidos o bajo madera podrida donde los insectos pueden reunirse.
  • Sea cauteloso al comer en espacios abiertos, en especial con las bebidas azucaradas o en áreas alrededor de colectores de basura, que a menudo atraen a las abejas.