Son pocas las personas que, de entrada, desean vivir en una residencia para mayores. En España, las personas mayores suelen expresar una clara voluntad de autonomía, por lo que una abrumadora mayoría desea vivir en casa el mayor tiempo posible.
Sin embargo, cuando el anciano pierde su autonomía y necesita ayuda para las actividades de su vida diaria, es el momento de recibir cuidados en una residencia. Otra opción es poder recibir la ayuda de la familia o a través de asistencia domiciliaria.
Cómo elegir una residencia para mayores
La mejor residencia para mayores es la que se adapta a las necesidades de la persona, a su grado de autonomía o dependencia, al precio que pueda pagar y que esté próxima a donde viven sus familiares.
Decidirse por ir a una residencia es una decisión trascendental que puede cambiar la vida de la persona. Muchas residencias ofrecen períodos de adaptación o prueba (unos 20 días) que no estaría de más solicitar.
Lo ideal es que sean residencias bien acondicionadas y equipadas. Sin barreras arquitectónicas (suelos radiantes, mobiliario ergonómico y ajustado a las necesidades reales, iluminación adecuada, aislamiento acústico) y que cuenten con un equipo de profesionales cualificados en valoración clínica, mental, social y funcional (médicos, psicólogos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales, logopedas, nutricionistas,…) que valoren adecuadamente la situación y evolución de cada mayor.
Residencia pública, concertada y privada
Existen residencias públicas (de titularidad autonómica, de la Diputación Provincial o del ayuntamiento) y privadas. Cuando la administración no llega a atender todas las solicitudes que recibe puede establecer conciertos con centros privados en condiciones similares a las residencias públicas.
Las personas que no pueden pagar la totalidad de la mensualidad se le cobra un porcentaje de la pensión, aunque se pueden aplicar bonificaciones y ayudas públicas.
Precio de una residencia para mayores
El precio de una residencia privada depende de los servicios que ofrece, el tipo de asistencia que requiere el residente, las características de la habitación, etc.
Para una persona mayor con dependencia moderada el precio podría rondar los 1.500 Euros al mes en una residencia pública y concertada, y unos 1.800 Euros en una privada.
Tiempos de espera para optar a una plaza de residencia
El problema de las plazas para las residencias públicas es la lista de espera, que en muchos casos se alargan más de un año.
Unohttps://www.saludabit.es/blog/la-salud-en-espana/ de los criterios que más pesa a la hora de acceder a una residencia pública es el estado de salud de la persona mayor. Otros factores son el domicilio y el orden de presentación de la solicitud.
Quejas en las residencias
Las quejas más comunes en las residencias de ancianos tienen que ver con los cuidados diarios, tanto en el aseo como en las curas. Los accidentes y caídas dentro de las instalaciones agravados por la falta de asistencia es otra de las quejas más comunes.
El robo de pertenencias personales es también una fuente de quejas en las residencias de mayores.
En general, los residentes están más satisfechos en las residencias públicas que en las privadas. En estas últimas se suelen echar en falta un mayor número de cuidadores, enfermeros y psicólogos, una alimentación más variada y más opciones de actividad física. Una última queja general de cualquier tipo de residencia es la imposibilidad de decidir el horario para acostarse y levantarse.
Recomendaciones para elegir una residencia
- Visitar la residencia con anterioridad, comprobar las instalaciones, servicios y acondicionamiento.
- Asegurarse de que la residencia dispone de personal cualificado suficiente.
- Leer y evaluar adecuadamente el contrato y el reglamento interno para no llevarse sorpresas una vez que se ha ingresado.
En el caso de no querer ir a una residencia y permanecer en el propio domicilio, se pueden recurrir a servicios de asistencia domiciliaria siempre que sean necesarios.