¿Cómo tratar los dolores musculares?

 

 

Todos hemos padecido algún dolor muscular en algún momento, sin embargo, no siempre la causa es conocida y/o el tratamiento usado no es el correcto; Antonio Marco Chover es un médico de mucha experiencia y nos hemos basado en su trabajo para traer este artículo. En esta entrada de blog hablaremos de las 3 principales causas de dolores musculares, cómo prevenir cada una y, posteriormente, cómo tratarlas de manera correcta. Para esto hemos tenido tomado algunos artículos escritos por el Dr Antonio Marco Chover así como su libro Medicina Ortomolecular.

Déficit de determinados Nutrientes

 

En muchos casos, la falta de algunos nutrientes puede desembocar en dolores musculares. El Dr Antonio Marco Chover indicó que el déficit prolongado de vitamina D es uno de los principales causantes de dolor muscular; incluso, en casos extremos puede ser motivo de desarrollo de fibromialgia a largo plazo si no se trata a tiempo. En menor proporción, las vitaminas A, B y C al igual que minerales como el magnesio y el zinc, también aportan a un mejor rendimiento muscular reduciendo así las posibilidades de dolores e incluso el agotamiento físico o somnolencia.

En estos casos, la sugerencia sería la toma de suplementos vitamínicos que ayuden al cuerpo a recuperar los nutrientes necesarios de los que el cuerpo carece, sin embargo, se recomienda primero la consulta con un médico para tener un diagnóstico más preciso.

Sobre exigencia del cuerpo

 

De los casos más comunes para dolores musculares se encuentra la sobre exigencia del cuerpo; hacer ejercicios demandantes cuando no hemos preparado nuestro cuerpo para ello o hacerlo sin una guía podría resultar en esguinces o desgarros musculares. A largo plazo, y de no ser tratados a tiempo, un esguince o un desgarro que no ha sanado puede continuar incrementando y generando más dolor. Para estos casos hay principalmente dos recomendaciones: la primera es preparar el cuerpo de manera correcta antes de someterse a este tipo de ejercicios o actividades tan exigentes y, si es necesario, asesorarse de un profesional. Sin embargo, una vez el dolor ya está, se puede tratar con parches para dolores musculares y dejando descansar y sanar el músculo o incluso huesos afectados.

Alimentación poco balanceada

 

Siempre se ha dicho que una buena alimentación es la base para la salud tanto del cuerpo como de la mente. Una dieta desequilibrada lleva a la pérdida de nutrientes en el cuerpo que, a su vez, puede ocasionar enfermedades, agotamiento y otros efectos negativos. “Desde hace años sabemos que los niveles de nutrientes en los alimentos están disminuyendo, y algunos de ellos pueden llegar a tener un déficit del 75% de nutrientes comparado con los mismos alimentos de hace 50 años”, indica el Dr. Antonio Marco Chover, en su libro Medicina Ortomolecular por lo que ahora hay que estar más atentos a esta situación que en años anteriores. La recomendación que tenemos para dar es, en primer lugar, intentar mantener una dieta saludable y una rutina de ejercicio regular; en segundo lugar, dentro de lo posible, acudir a un nutricionista que proveerá una dieta saludable y ajustada a las necesidades de cada uno.

Consejos de salud para el frío

Aunque aún estamos en otoño, los cambios de temperatura se suceden a veces tan rápido que el organismo se ve obligado a hacer más esfuerzos para mantenerse sano y en buenas condiciones, tanto por dentro como por fuera. Por eso, nuestro equipo médico te trae estos consejos de salud para el frío.

Menos horas de luz

Puede que haya días de sol y temperaturas agradables para la época o temporales de lluvia y nieve con mucho frío. Sea cual sea la situación, siempre hay que mantener la temperatura corporal a unos 36 °C. Lo que es seguro es que las horas de luz van a ir disminuyendo hasta el solsticio de invierno, el 21 de diciembre de este año, para luego ir aumentando hasta el equinoccio de primavera en marzo.

Con muchas horas de oscuridad en relación a las de luz, nuestro cerebro y glándulas van a entrar en un estado de funcionamiento a ritmo lento, con un tono vital más bajo y necesitas darle más horas de sueño y descanso junto con alimentos más calientes y calóricos.

Cambia tu rutina

Para evitar que el cuerpo se vaya agotando poco a poco y nos quedemos sin pilas en invierno, hay que dormir 8 o más horas al día, porque el otoño y el invierno son épocas destinadas al descanso y la recuperación del desgaste provocado por la actividad de la primavera y el verano.

En la dieta hay que tomar más sopas, caldos, cremas y purés, verduras calientes, mejor las que crecen bajo tierra (patata, zanahoria, cebolla, ajo, remolacha) y las de fruto (calabaza, calabacín). También hay que comer cereales, mejor integrales, como el arroz, trigo, centeno, quinoa o maíz, en grano, pasta, fideos, copos o sémolas, y siempre hay que servirlos calientes. Y no te olvides de las legumbres como las lentejas, los garbanzos o las judías, de las que hay muchas variedades locales y otras como el azuki o soja roja, que son muy nutritivas y cubren muchas de las necesidades de cada día.

Prueba a añadir a las comidas algunas especias como el pimentón, el jengibre o la canela, que van a calentar el cuerpo en los días de frío. Y para las vitaminas no hay que las frutas de temporada. Podemos aportar también supernutrientes como el jugo de aloe vera de Green Frog que se pueden tomar de 1 a 3 vasitos al día durante todo el año.

No hay que olvidar mantener al cuerpo en forma realizando una actividad física habitual, como correr, nadar, bicicleta, ir al gimnasio o hacer algún deporte.

No te olvides de la piel

Y para que la piel no sufra las inclemencias del tiempo frío y seco, aplica  la crema Vera Green Dermo Bio para evitar que la piel se agriete, se seque o se deteriore. Se puede aplicar en las manos antes de salir de casa y al volver, pero también en la piel de los brazos y las piernas para conseguir el mismo efecto. Para la cara y el cuello,  la crema Vera Green Dermo Cosmética, de 1 a 3 veces al día.

Con frecuencia el frío provoca grietas en las manos y los pies y para curarlas utilizaremos la crema Vera Green Dermo Therapeutic sobre todas las zonas afectadas, de 1 a 5 veces al día según se necesite, y lo mismo en el caso de heridas, lesiones y dermatitis.

Residencia para mayores o asistencia en casa.

 

 

Son pocas las personas que, de entrada, desean vivir en una residencia para mayores. En España, las personas mayores suelen expresar una clara voluntad de autonomía, por lo que una abrumadora mayoría desea vivir en casa el mayor tiempo posible.

Sin embargo, cuando el anciano pierde su autonomía y necesita ayuda para las actividades de su vida diaria, es el momento de recibir cuidados en una residencia. Otra opción es poder recibir la ayuda de la familia o a través de asistencia domiciliaria.

Cómo elegir una residencia para mayores

La mejor residencia para mayores es la que se adapta a las necesidades de la persona, a su grado de autonomía o dependencia, al precio que pueda pagar y que esté próxima a donde viven sus familiares.

Decidirse por ir a una residencia es una decisión trascendental que puede cambiar la vida de la persona. Muchas residencias ofrecen períodos de adaptación o prueba (unos 20 días) que no estaría de más solicitar.

Lo ideal es que sean residencias bien acondicionadas y equipadas. Sin barreras arquitectónicas (suelos radiantes, mobiliario ergonómico y ajustado a las necesidades reales, iluminación adecuada, aislamiento acústico) y que cuenten con un equipo de profesionales cualificados en valoración clínica, mental, social y funcional (médicos, psicólogos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales, logopedas, nutricionistas,…) que valoren adecuadamente la situación y evolución de cada mayor.

Residencia pública, concertada y privada

Existen residencias públicas (de titularidad autonómica, de la Diputación Provincial o del ayuntamiento) y privadas. Cuando la administración no llega a atender todas las solicitudes que recibe puede establecer conciertos con centros privados en condiciones similares a las residencias públicas.

Las personas que no pueden pagar la totalidad de la mensualidad se le cobra un porcentaje de la pensión, aunque se pueden aplicar bonificaciones y ayudas públicas.

Precio de una residencia para mayores

El precio de una residencia privada depende de los servicios que ofrece, el tipo de asistencia que requiere el residente, las características de la habitación, etc.

Para una persona mayor con dependencia moderada el precio podría rondar los 1.500 Euros al mes en una residencia pública y concertada, y unos 1.800 Euros en una privada.

Tiempos de espera para optar a una plaza de residencia

El problema de las plazas para las residencias públicas es la lista de espera, que en muchos casos se alargan más de un año.

Unohttps://www.saludabit.es/blog/la-salud-en-espana/ de los criterios que más pesa a la hora de acceder a una residencia pública es el estado de salud de la persona mayor. Otros factores son el domicilio y el orden de presentación de la solicitud.

Quejas en las residencias

Las quejas más comunes en las residencias de ancianos tienen que ver con los cuidados diarios, tanto en el aseo como en las curas. Los accidentes y caídas dentro de las instalaciones agravados por la falta de asistencia es otra de las quejas más comunes.

El robo de pertenencias personales es también una fuente de quejas en las residencias de mayores.

En general, los residentes están más satisfechos en las residencias públicas que en las privadas. En estas últimas se suelen echar en falta un mayor número de cuidadores, enfermeros y psicólogos, una alimentación más variada y más opciones de actividad física. Una última queja general de cualquier tipo de residencia es la imposibilidad de decidir el horario para acostarse y levantarse.

Recomendaciones para elegir una residencia

  • Visitar la residencia con anterioridad, comprobar las instalaciones, servicios y acondicionamiento.
  • Asegurarse de que la residencia dispone de personal cualificado suficiente.
  • Leer y evaluar adecuadamente el contrato y el reglamento interno para no llevarse sorpresas una vez que se ha ingresado.

En el caso de no querer ir a una residencia y permanecer en el propio domicilio, se pueden recurrir a servicios de asistencia domiciliaria siempre que sean necesarios.

Alimentos para subir el animo en otoño

 

 

 

 

 

 

Otoño ya está aquí y con él llegan los días más cortos, las noches más largas, comienza a hacer frío y llover más. Emocionalmente el otoño es una estación difícil, tras el parón veraniego, la rutina se impone con dureza y nuestro estado de ánimo puede decaer como las hojas de los árboles.  Sin embargo, una buena alimentación puede sernos de gran ayuda para contrarrestar estos efectos.

 

La relación entre comida y felicidad está bien estudiada. Ya en los años 80 científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets demostraron que un puñado de cerezas es mejor que cualquier medicamento antidepresivo por sus nutrientes.

 

Hay nutrientes que encontramos en determinados alimentos que influyen en nuestro estado de ánimo y promueven la felicidad. Estos son los alimentos que debemos priorizar si queremos cuidar nuestro bienestar emocional. ¡Conozcámoslos!

 

OMEGA 3

Ayuda a disminuir la ansiedad, los trastornos del sueño o la tristeza. Se puede encontrar en pescados azules: como el atún, el salmóno la caballa y en frutos secos como las nueces.

 

TRIPTÓFANO

Es un aminoácido esencial para promover la liberación de la serotonina. Una sustancia que ayuda a controlar la ansiedad y el estrés, previene el insomnio y aumenta la tranquilidad y la relajación. Lo encontramos en alimentos como los huevos, la leche, los cereales integrales, los garbanzos, los frutos secos, el cacao y los plátanos.

 

FENILALANINA

Tiene un claro efecto antidepresivo, funciona también como analgésico y ayuda a incrementar la sensación de bienestar. Lo encontramos en alimentos ricos en proteína de origen animal: carne, pescado, huevo, lácteos; como en alimentos ricos en proteína vegetal, especialmente en espárragos, legumbres y cacahuetes.

 

VITAMINAS B Y C

La escasez de estas vitaminas provoca cansancio y debilidad, además las vitaminas B1 y B6 tienen un papel relevante en el buen funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina B la encontramos en alimentos de origen animal y vegetal, y la vitamina C se encuentra en frutas y hortalizas, destacando sobretodo: el pimiento, perejil, kiwi, brécol y los cítricos. 

 

 

HIDRATOS DE CARBONO

Nos ayudan a producir la conocida “hormona de la felicidad”, son los alimentos que más rápidamente nos dan vitalidad. Destacan las legumbres, cereales, fruta y vegetales.

 

MAGNESIO

Ayuda a equilibrar el sistema nervioso. Su ausencia puede provocar dolor de cabeza, ansiedad, fatiga y nerviosismo. Abunda en carnes, mariscos, lácteos, frutos secos, cacao y cereales integrales

 

Alberto Bailón  Ríos