El colágeno es una de las proteínas más importantes del organismo y el ácido hialurónico es un polisacárido fundamental. Ambas sustancias son moléculas centrales para la construcción de los huesos, tendones, ligamentos, funcionamiento de las articulaciones y regeneración de cartílagos.
Además son un componente principal para la piel. Sin estas dos sustancias sería imposible tener una piel tersa, firme y no envejecida. Por eso el producto Epaplus colágeno+hialurónico funciona tan bien. Apunta directamente a los componentes esenciales de multitud de órganos y partes del cuerpo humano.
Cómo funciona Epaplus colágeno hialurónico
El producto está desarrollado a partir de los péptidos que componen las fibras de colágeno. Estas son pequeñas partículas que se enrollan creando una estructura fuerte que da resistencia y firmeza a los tejidos. Igualmente potencia la creación de nuevas células de cartílagos, huesos y tejidos conectivos.
Las propiedades principales de EpaPlus colágeno hialurónico son:
Regeneración celular de huesos y cartílagos.
Estabilización de los niveles de líquido sinovial articular.
Mejora las condiciones de tendones y tejidos musculares.
Alivia parte de los dolores en las articulaciones producidos por el desgaste en personas mayores.
Revitaliza la piel, endurece las uñas y da brillo al cabello.
Todas estas propiedades no son por arte de magia. Que las tenga es el resultado de la unión de dos de las más importantes sustancias orgánicas humanas. El ácido hialurónico y colágeno potencian sus efectos al tomarse juntos. Algunos de los aminoácidos que encuentras en el colágeno son:
Pharmaton Complex es un multivitamínico de sobra conocido en la mayoría de hogares españoles, acompañando siempre a toda la familia en estados carenciales o en aquellas etapas en las que la fatiga nos acompaña más de lo habitual, ayudándote a seguir con tu día a día.
En Pharmacius os queremos ofrecer Pharmaton Complex, en todas sus versiones y presentaciones, pues hay una presentación para cada una de las etapas de la vida.
Como siempre explicaremos cómo se toma Pharmaton Complex, efectos secundarios, indicaciones, opiniones y demás aspectos que te puedan interesar.
PARA QUÉ SIRVE Y CUANDO SE DEBE TOMAR PHARMATON COMPLEX
Pharmaton Complex es un complejo multivitamínico, con vitaminas y minerales y con Ginseng G115®, por lo que te aporta energía desde el primer momento que se toma, es decir, revitalizante de acción inmediata.
Desde siempre se ha recomendado para personas con fatiga, decaimiento, defensas debilitadas, de hecho, hasta hace poco, Pharmaton complex era considerado como un medicamento.
Actúa gracias a la combinación de vitaminas, minerales y extracto de Ginseng.
Se recomienda tomar cuando nuestro organismo demanda algo más de energía.
Es decir:
Situaciones de cansancio
Situaciones con estrés
Exceso de Fatiga
Estados carenciales, en los que nuestra dieta no es lo ideal que debiera
Cambios de estación, en los que estamos más debilitados.
En conclusión: se recomienda en las épocas en las que nuestro rendimiento físico y/o intelectual no responde como a nosotros nos gustaría.
BENEFICIOS DEL PHARMATON COMPLEX
Gracias a su composición rica en Ginseng contribuye a recuperar la energía en estados de decaimiento.
Además ayuda a reforzar las defensas.
Gracias a su aporte en vitaminas y minerales ayuda a sobrellevar de mejor manera las épocas de fatiga
Se recomienda tomar en:
Periodos de convalecencia, como después de un resfriado o una época en la que se ha estado más bajo de defensa
Periodos de exámenes, cuando sometemos nuestra mente a un estrés intenso
Tras los periodos vacacionales, cuando retomar la rutina diaria se nos hace cuesta arriba.
En los cambios de estación, sobre todo en otoño y primavera, que es cuando nuestro cuerpo es más susceptible a los resfriados y demás.
¿CÓMO SE TOMA? CONTRAINDICACIONES
Se debe tomar una única dosis de Pharmaton al día, una cápsula cada día.
Se recomienda tomar después del desayuno, con el estómago lleno.
Si bien es cierto que a algunas personas parece que les provoca malestar estomacal en la mayoría de casos se debe a que lo toman con el estómago vacío y la propia gelatina que recubre la cápsula es responsable de esta molestia, por ello siempre se recomienda tomar después de haber ingerido algo.
Se puede administrar en personas con problemas de hipertensión, pues no hay descrita relación entre la ingesta de Ginseng G115 (el propio del Pharmaton Complex)
Lo podemos recomendar a diabéticos, pues no contiene azúcar en su composición.
Apto para celiacos
Se desaconseja su uso en personas nerviosas, pues puede agitar ligeramente
También se desaconseja su administración durante embarazo y lactancia.
No se puede administrar en intolerantes a la lactosa, alérgicos al cacahuete o a la soja.
Se desaconseja su uso en menores de 15 años.
Pharmaton 50 plus
A partir de los 50 años, las necesidades de nuestro cuerpo van cambiando y pharmaton lo sabe. Por ello ha desarrollado un complemento al que además de las vitaminas y minerales esenciales se le ha añadido ácidos grasos Omega-3.
Su fórmula ayuda a que el sistema inmune, el cerebro, la función visual y el sistema óseo se mantengan en correcto estado.
Además protege la función visual.
contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y del corazón,
ayuda a mantener saludable el cerebro, la vista y los huesos,
ayuda a obtener energía para hacer frente con éxito a los desafíos del día a día después de los 50 años.
PHARMATON KIDDI, SIN GINSENG PARA LOS NIÑOS
Durante la infancia, nuestros pequeños se ven sometidos a muchos estrés, debido al continuo crecimiento, los retos intelectuales del colegio y al exceso de ejerció. No paran quietos.
Por ello se recomienda suplementar con complementos polivitamínicos y poliminerales.
Pharmaton Kiddi son comprimidos masticables que aportan las vitaminas y minerales necesarios para sobrellevar el día a día.
Además se le ha añadido lisina que es esencial para el óptimo desarrollo de la función cognitiva.
Se puede emplear desde los 4 años de edad.
Son comprimidos masticables con sabor a naranja, a tu peque le encantará.
Se toman 1 comprimido al día.
En niños a partir de 12 años, se deben tomar dos comprimidos al día.
PHARMATON DEFENSAS, IDEAL PARA LOS CAMBIOS DE ESTACIÓN
Es un complemento con vitaminas A, C,D , zinc y selenio que actúan reforzando el sistema inmunitarioreforzándolo en aquellas épocas en las que por las condiciones climatológicas o por el estrés somos más susceptibles a caer enfermos.
Además se le ha incorporado Bifidobacterium, BB-12®, que es un probiótico que ayuda a que el sistema inmune funcione con normalidad.
El selenio, Zinc y Vitamina C protegen y restauran las células ante del daño oxidativo provocado por los radicales libres.
Oxicol Complemento Alimenticio Para Normalizar los Niveles De Colesterol, 28 cápsulas
PROPIEDADES Oxicol es el primer complemento alimenticio capaz de actuar simultáneamente reduciendo los niveles de Colesterol total, LDL y LDL oxidado. Todo ello gracias a su alto contenido de activos que trabajan conjuntamente para disminuir la cantidad de colesterol en la sangre. Reduce un 30% el colesterol LDL. Reduce un 24% el colesterol total. Reduce un 20% el colesterol oxidado. Reduce el colesterol de forma natural y sin efectos adversos. Oxicol es el último avance en la lucha contra el colesterol, ya que su alto contenido en activos reductores de colesterol, consigue reducir y normalizar los valores de colesterol, tanto en su cantidad como en su calidad. INDICACIONES Oxicol está indicado para personas que tengan altos niveles de colesterol, como complemento de un tratamiento con hipolipemiantes, personas con intolerancia a estatinas o personas que quieran prevenir y cuidar su salud cardiovascular.
CÓMO SE USA Tomar 1 cápsula de Oxicol al día, preferiblemente antes de acostarse. *Los complementos alimenticios no están destinados a sustituir una dieta sana y equilibrada ni a un estilo de vida saludable.
COMPOSICIÓN Oxicol contiene: LOVASTATINA DE ORIGEN NATURAL (MONACOLINA K): Inhibe la formación de colesterol. 10 mg de monacolina K equivalen a 80 mg de Lovastatina, medicamento hipolipemiante. EXTRACTO DE OLIVO: Rico en hidroxitirosol, que evita la formación de LDL oxidado, uno de los tipos de colesterol que más riesgo entraña. EXTRACTO DE UVA ENRIQUECIDO: Mejora el perfil de colesterol. Aporta beneficios cardiovasculares.
Las alergias, también llamadas reacciones de hipersensibilidad, son respuestas exageradas del sistema inmunológico (las defensas de nuestro organismo) al entrar en contacto con determinadas sustancias, llamadas alérgenos. Su aparición se recrudece en primavera, porque uno de los grupos de alérgenos más frecuentes son los pólenes, unas células reproductoras de las plantas que proliferan durante esta estación. Otros agentes alérgenos son los hongosambientales, los ácaros de polvo y los epitelios de algunos animales, como los perros, gatos, caballos y roedores. También pueden generar reacciones alérgicas determinados alimentos o fármacos y la picadura de insectos como abejas o avispas.
Causas
Se estima que un 20 por ciento de la población sufre algún tipo de reacción alérgica y parece ser una cifra que va en aumento. Los especialistas estiman que en los próximos 20 años, las alergias podrían formar parte de la vida de la mitad de los europeos y del 30 por ciento de la población española. Estos son los principales alérgenos:
Polen: las gramíneas, el olivo, las cupresáceas, las arizónicas, el plátano de sombra y la parietaria son las plantas que causan más alergias en España, especialmente durante la primavera.
Hongos ambientales: estos hongos liberan unas partículas microscópicas conocidas como esporas que, al ser respiradas, pueden causar síntomas alérgicos relacionados con el asma, la rinitis y la conjuntivitis.
Ácaros de polvo o ácaros domésticos: son insectos microscópicos que se desarrollan en lugares húmedos y tibios.
Epitelios de animales: perros, gatos, caballos y roedores son los que causan más reacciones alérgicas.
Determinados alimentos: la leche, el huevo, el marisco, el trigo, la nuez, el cacahuete, el chocolate y la soja son los más comunes.
En parte, el aumento podría deberse a que en los países industrializados los niños no tienen contacto directo con múltiples microorganismos (virus y bacterias). Esta protección podría hacer que su sistema inmune no se estimule lo suficiente y crezcan más vulnerables ante los agentes externos.
No obstante, se sospecha que existe una predisposición hereditaria a las alergias, lo que significa que un niño cuyos padres son alérgicos probablemente desarrolle algún tipo de sensibilización, aunque no necesariamente hacia la misma sustancia que rechazan sus padres. Por ejemplo, si la madre es alérgica al marisco, tiene más probabilidades de desarrollar una alergia, pero no precisamente a ese alimento, sino a otros alérgenos como el polen. También puede favorecer la aparición de las alergias situaciones en las que bajan o se debilitan las defensas del organismo (tras una infección vírica o durante el embarazo).
Evalúa tus síntomas
Síntomas
A pesar de que son muy molestas, por lo general, las alergias no son complicaciones graves, pero sí pueden acabar en cuadros más complejos, como el asma. De hecho, se calcula que el 80 por ciento de los asmáticos tienen, en menor o mayor grado, una base alérgica. En estos casos, el asma aparece también por la acción de los alérgenos y los pólenes son el principal grupo que la desencadena.
Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves. La mayoría de ellas consiste sólo en la molestia que causa el lagrimeo y el picor en los ojos, además de algunos estornudos. En el extremo opuesto, las reacciones alérgicas pueden poner en peligro la vida si causan una repentina dificultad respiratoria, un mal funcionamiento del corazón y un acusado descenso de la presión arterial, que puede acabar en shock. Este tipo de reacción, llamada anafilaxia, puede afectar a las personas sensibles en distintas situaciones, como poco después de comer ciertos alimentos, tras la toma de determinados medicamentos o por la picadura de una abeja.
Las alergias causan lagrimeo y picor en los ojos, además de algunos estornudos.
Prevención
Evitar un alérgeno es mejor que intentar tratar una reacción alérgica. Evitar una sustancia puede suponer dejar de usar un determinado fármaco, instalar aire acondicionado con filtros, renunciar a tener un animal de compañía en casa o no consumir cierta clase de alimentos. En ocasiones una persona alérgica a una sustancia relacionada con un trabajo determinado (por ejemplo harinas, maderas, etcétera) se ve obligada a cambiar de empleo. Las personas con fuertes alergias estacionales pueden considerar la posibilidad de trasladarse a una región donde no exista ese alérgeno.
Cuando no se pueda evitar totalmente el contacto con el alérgeno, es recomienda reducir la exposición al mismo. Por ejemplo, una persona alérgica al polvo de la casa puede eliminar todo el mobiliario, las alfombras y las cortinas que acumulen ácaros; cubrir colchones y almohadas con protectores plásticos; quitar el polvo y limpiar las habitaciones con un paño húmedo y con bastante frecuencia; usar aire acondicionado para reducir la alta humedad interior que favorece la multiplicación de los ácaros del polvo; e instalar filtros de aire altamente eficientes. Dado que algunos alérgenos, en especial los que transporta el aire, no pueden evitarse, los médicos suelen utilizar métodos para bloquear la respuesta alérgica y prescriben medicamentos para aliviar los síntomas. La inmunoterapia alergénica (inyecciones contra la alergia) puede brindar una solución en estos casos. Los antihistamínicos son los fármacos más comúnmente usados para tratar las alergias (pero no se utilizan para tratar el asma).
Consejos útiles:
Evitar la exposición a agentes alérgenos como el polen, los hongos ambientales, los ácaros de polvo o los epitelios de algunos animales sería así una medida a tener en cuenta para evitar un ataque de asma. En el caso de que una persona no esté diagnosticada pero sospeche que puede tener alergia a alguno de estos factores, es recomendable que acuda al alergólogo.
Otra precaución que deben tomar las personas alérgicas es evitar realizar ejercicios intensos en época de polinización, ya que pueden dificultar la respiración y derivar en una crisis de asma.
En caso de rinitis, es aconsejable vigilar la aparición de cualquier indicio asociado con el asma (pitidos, fatiga, etcétera), ya que este tipo de alergia con frecuencia genera esta enfermedad.
Cuando una persona está ya diagnosticada de alergia, debe permanecer alerta ante cualquier indicio de agravamiento de los síntomas y acudir al médico en caso de empeoramiento.
Tipos
Los diferentes tipos de reacciones alérgicas generalmente se clasifican según su causa, la parte del cuerpo más afectada y otros factores. Algunos de los tipos de alergia más comunes son los siguientes:
Alergias alimentarias: son respuestas exageradas del sistema inmunológico que se producen por la ingesta de determinados alimentos, como la leche, el huevo, el marisco, la nuez, el cacahuete, el chocolate, la soja o el trigo. Una alergia alimentaria no es lo mismo que la intolerancia alimentaria, cuyo consumo ocasiona efectos indeseables generalmente de menor gravedad.
Alergia al polen: en época polinización, son frecuentes las reacciones alérgicas provocadas por las gramíneas, el olivo, las ciperáceas, las arizónicas, el plátano de sombra y la parietaria, entre otras plantas.
Rinitis alérgica: es una reacción alérgica muy común. Se trata de una alergia a las partículas que transporta el aire (por lo general polen y hierbas, pero en ocasiones mohos, polvos y caspa de animales) que producen estornudos; picor, goteo o congestión nasal; picor cutáneo e irritación en los ojos. La rinitis alérgica puede ser estacional o perenne (todo el año).
Diagnóstico
Como cada reacción alérgica es desencadenada por un alergeno específico, el principal objetivo del diagnóstico es identificar ese alérgeno. Este puede ser una planta estacional o el producto de una planta, como el polen de la hierba o la ambrosía, o una sustancia como la caspa del gato, ciertos medicamentos o algún alimento en particular. El alérgeno puede causar una reacción alérgica cuando se deposita sobre la piel o entra en un ojo, es inhalado, ingerido o inyectado.
Existen pruebas que pueden ayudar a determinar si los síntomas están relacionados con la alergia y a identificar el alérgeno implicado. Una muestra de sangre puede mostrar muchos eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco cuyo número suele incrementarse durante las reacciones alérgicas. La prueba cutánea RAST (radioalergoabsorbente) mide las concentraciones en sangre de anticuerpos IgE específicos de un determinado alérgeno, lo cual puede ayudar a diagnosticar una reacción alérgica en la piel, rinitis alérgica estacional o asma alérgica.
Las pruebas cutáneas son más útiles para identificar alérgenos concretos. La prueba RAST puede ser utilizada en los casos en que no es posible realizar una prueba cutánea o no resultaría seguro llevarla a cabo. Ambas pruebas son altamente específicas y precisas, a pesar de que la prueba cutánea es generalmente un poco más precisa, suele ser más barata y los resultados se conocen de inmediato.
Tratamientos
Antihistamínicos: Lo que debe saber
Los antihistamínicos bloquean la acción de la histamina, un producto químico generado por el organismo en respuesta a los alergenos. La histamina puede causar estornudos, moqueo, picor en los ojos o en la piel o urticaria. Esto es lo que debe saber sobre los antihistamínicos:
Conviértalos en rutina: Si su médico le advierte que debe tomar antihistamínicos, tome su medicación de manera regular durante la temporada de alergia para prevenir problemas como la fiebre del heno. Si toma los antihistamínicos de manera irregular puede experimentar efectos secundarios más notables y menos eficaces para el control de los síntomas.
Mantenga un horario idóneo: Si usted está tomando antihistamínicos que le producen somnolencia, debería tomárselos media hora antes de irse a dormir. Los antihistamínicos desarrollados recientemente producen somnolencia en un número reducido de personas.
Aumente el uso gradualmente: algunos antihistamínicos alivian los síntomas de la fiebre del heno en la mayoría de las personas sin el efecto secundario del sueño. Para evitar estos problemas, su organismo necesita acostumbrarse a la medicación gradualmente. Comience tomando las pastillas sólo por la noche. Si la marca que consume le sugiere tomar dos en un periodo de 24 horas, comience tomando una pastilla por la noche durante tres días. Al cuarto día puede tomar una pastilla por la noche y otra por la mañana siguiendo las indicaciones de su médico.
Pruebe distintas marcas.
Tenga en cuenta los efectos secundarios: Los antihistamínicos no favorecen a todas las personas. Muchas personas son conscientes de que los antihistamínicos pueden causar somnolencia, pero en los niños y algunas personas mayores, que a veces tienen el efecto opuesto, produce agitación o comportamiento hiperactivo.
Inmunoterapia
También conocida como «desensibilización» o «vacunas para la alergia» puede cambiar gradualmente la manera en la que el organismo reacciona a las sustancias que le producen alergia para que no experimente más sus síntomas. La mayoría de las personas que se siguen vacunando experimentan una mejora significativa, esta mejora no se observa hasta unos meses después de haber comenzado la vacunación, y no suele ser clara hasta que transcurra el año de tratamiento.
La inmunoterapia se reserva normalmente para las personas que no obtienen mejoras con los fármacos o que necesitan una combinación de medicamentos que es cara, que tienen síntomas de la alergia durante muchos meses cada año, y que no pueden evitar los factores desencadenantes (alérgenos) que les producen los síntomas. Este tipo de vacunas tratan las alergias producidas por las picaduras de insectos, polen, moldes, ácaros del polvo, cucarachas o al pelo de animales como los perros o los gatos.
¿Cómo funciona la inmunoterapia?
Los médicos estan trabajando todavía en los detalles de cómo funciona la inmunoterapia, pero están de acuerdo en algunos aspectos. El uso de la inmunoterapia no significa que su organismo deje de reaccionar a los alérgenos. Más bien, lo que cambia tras la inmunoterapia es la forma en la que reacciona el organismo.
Si no se ha sometido a la inmunoterapia, sus reacciones alérgicas comienzan cuando su sistema inmune libera una explosión de anticuerpos. Estos anticuerpos se llaman anticuerpos IgE, que provocan que ciertas células del organismo liberen histamina, una proteína que da lugar a los síntomas de la alergia.
Cuando usted se expone con frecuencia a pequeñas cantidades de alérgenos, su sistema inmune cambia su estrategia. En lugar de responder a la explosión de anticuerpos IgE, su organismo produce metódicamente una cantidad estable de distintos tipos de anticuerpos. Además, su sistema inmune activa las células inmunes llamadas «células T supresoras » que pueden eliminar la proteína de su sistema. Cuando el sistema de los anticuerpos IgE y de las células T está en pleno apogeo , su organismo parece no tener la necesidad de reaccionar a una exposición alérgica. Además, en presencia de los anticuerpos IgG, los anticuerpos IgE son menos propensos a desencadenar la liberación de histamina.
¿Es usted un candidato?
La mayoria de las personas con unos síntomas de alergia moderada a severa deben considerar la inmunoterapia. Sin embargo, si usted experimenta graves episodios de asma que son difíciles de controlar sin precisar atención hospitalaria, estas vacunas pueden resultar peligrosas.
Usted puede ser un buen candidato para las vacunas para la alergia si necesita medicaciones muy caras para tratar los síntomas, si experimenta los síntomas durante varios meses, si es alérgico a sustancias que son difíciles de evitar, como los árboles o el césped. La inmunoterapia se recomienda especialmente a las personas con reacciones alergicas graves a las picaduras de mosquitos.
Usted puede ser un buen candidato para estas vacunas si tiene la certeza de que podrá seguir el periodo de vacunación de manera regular.
Las alergias alimentarias afectan a millones de personas en todo el mundo.
Todos tenemos un plato favorito. Además de ser un deleite para nuestros sentidos, alimentarse es una necesidad básica de todo ser vivo. Y los humanos no somos la excepción. Desafortunadamente, ciertas enfermedades limitan nuestra libertad para comer. Una de ellas es la alergia alimentaria. ¿Qué es? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo se diagnostican y se tratan? ¿Por qué algunos las confunden con otras afecciones? Sigue leyendo para obtener todas las respuestas.
¿Qué son las alergias alimentarias?
Los alimentos que provocan reacciones alérgicas reciben el nombre de alérgenos alimentarios. Aunque cualquier comida puede producir los problemas antes mencionados, generalmente existen ocho que estadísticamente tienden a causar la mayor parte de ellos. Nos referimos a los cacahuetes, el huevo, la leche, los mariscos, las nueces, el pescado, la soja y el trigo.
Al parecer, el factor genético desempeña un importante rol en el desarrollo de esta afección. Al mismo tiempo, los eccemas y la fiebre del heno, tan comunes en quienes padecen de algún tipo de hipersensibilidad, pueden augurar un futuro problema de alergia a los alimentos. Este puede empezar en la infancia o aparecer hasta en la edad adulta.
La comunidad científica está trabajando para determinar las causas de la patología en cuestión y atacar el problema de raíz. Por lo tanto, en un futuro podría aparecer un tratamiento que ofrezca soluciones efectivas a los problemas que la comida acarrea al cuerpo de muchos individuos.
La investigación científica también promueve el desarrollo de medicamentos que combatan las reacciones alérgicas con rapidez y de una forma más eficaz. Incluso dentro de la industria alimentaria existe todo un sector de especialistas que se dedican a crear alimentos seguros para los pacientes. Esto incluye el desarrollo de sustitutos con un sabor, aspecto y consistencia similar al de otro producto, pero sin la presencia de esos alérgenos.
Síntomas de la alergia alimenticia
La alergia a la comida se manifiesta de varias maneras. Los síntomas no solo difieren en naturaleza, sino en intensidad. El tiempo que tardan en manifestarse es otro factor que depende de cada organismo. Pueden presentarse a los pocos minutos de haber consumido un producto comestible en particular u horas después.
En ocasiones, el sistema inmunitario puede hacer más mal que bien. El conjunto de estructuras y procesos que deberían servir de protección contra los agentes infecciosos, se pone en alerta cuando un componente presente en los alimentos es detectado como una amenaza. Dado que el mecanismo de defensa mencionado está presente en casi todo el organismo, la respuesta alérgica puede manifestarse en distintas partes del cuerpo, como la piel, los órganos del aparato digestivo y respiratorio e incluso del sistema cardiovascular.
También hay que tener en cuenta que las alergias a los alimentos pueden aumentar gradualmente en gravedad. Una comida que, en primera instancia, produjo una reacción de leve intensidad, rápidamente puede convertirse en un serio problema de salud si el paciente persiste en comerla de nuevo. Esto se debe a que los anticuerpos se van tornando más agresivos cuando se encuentran nuevamente con una sustancia que consideran nociva.
Los síntomas más comunes, que van de leves a moderados, incluyen picor y enrojecimiento en cualquier parte de la piel, aparición de ronchas, sarpullido, picazón en la boca y dentro del canal auditivo, náuseas y vómitos, dolor estomacal, diarrea, congestión o secreción nasal, tos seca, estornudos y un sabor extraño en la boca.
Por su parte, la alergia alimentaria también puede expresarse de forma letal. Esta es la parte que más preocupa a los médicos, así como a los pacientes y sus familiares. Los síntomas más serios comprenden hinchazón y sequedad en la zona de los labios, la lengua y la garganta. Cuando esto ocurre, el individuo alérgico podría experimentar dificultades serias para tragar sólidos o líquidos. La inflamación en la garganta puede ser tan severa que llegue a dificultar o bloquear por completo las vías respiratorias.
Otra de las manifestaciones de alto riesgo es la bajada en la presión arterial que puede, a su vez, provocar una sensación de mareo, confusión, debilidad o llevar al desvanecimiento. Además, la alergia en cuestión puede venir acompañada de dolor en el pecho o de un pulso debilitado.
Uno de los peores escenarios se presenta cuando se produce un choque anafiláctico. Se revela cuando varias de las afecciones antes mencionadas vienen acompañadas de taquicardia y el pulso aumenta repentinamente para luego descender por debajo de lo normal. Si no se atiende pronto, el paciente terminará perdiendo el conocimiento. Todos estos problemas son un reflejo de lo que ocurre en el interior del organismo: los vasos sanguíneos se dilatan, los tejidos se llenan de líquido y los órganos no reciben un volumen adecuado de sangre. A final de cuentas, el desenlace podría terminar siendo fatal.
La importancia de un buen diagnóstico
Si presentas varios de los síntomas antes mencionados, es muy importante que acudas con un experto para que te realice la evaluación pertinente. Evita llegar a conclusiones por tu cuenta. Es posible que tu organismo esté teniendo dificultades para asimilar bien ciertos productos comestibles, pero esto no necesariamente significa que padezcas de una alergia alimentaria. Por otro lado, varios de los problemas de salud que hemos tratado pueden corresponder a diversas enfermedades, algunas de las cuáles no tienen su origen en el sistema inmunitario.
El autodiagnóstico conlleva ciertos riesgos e inconvenientes. Por un lado, una persona podría concluir equivocadamente que no padece de una alergia a los alimentos porque su malestar no es tan grande. Sin embargo, como indicamos antes, el sistema inmunitario puede reaccionar con más violencia en una ocasión posterior, con terribles consecuencias.
Por otro lado, alguien podría imponerse una dieta restrictiva pensando que esa es la única manera de no sufrir lo que piensa que son los síntomas de una alergia alimentaria. Esto, desde luego, afectaría su bienestar y calidad de vida. Y una nutrición inadecuada puede, con el tiempo, contribuir al desarrollo de otras enfermedades.
Un alergólogo es el más indicado para corroborar o descartar la existencia de la hipersensibilidad hacia ciertos alimentos. La valoración comienza con un análisis del historial médico del paciente y una serie de preguntas. El objetivo del especialista es determinar si los síntomas y los hábitos dietéticos apuntan hacia una alergia.
El siguiente paso consiste en realizar diversos exámenes físicos. En algunos casos, podrían necesitarse varias pruebas para realizar el diagnóstico adecuado y prescribir el tratamiento que corresponda. El análisis incluye:
Pruebas cutáneas
Uno de los tests más utilizados es la punción en la piel. El médico aplica deliberadamente ciertas sustancias en el brazo, el antebrazo o la espalda. Hace esto pinchando la piel con una aguja que contiene una pequeña dosis de la sustancia potencialmente alergénica. Si transcurrido un máximo de veinte minutos, el área estudiada se inflama o adquiere una tonalidad rojiza, significa que la prueba es positiva.
Si la punción no arroja respuestas concluyentes, el experto podría optar por hacer una prueba intradérmica, es decir, inyectar un alérgeno para penetrar más profundamente en la piel y esperar a que la reacción alérgica aparezca. Por otro lado, el alergólogo cuenta con otra herramienta a su disposición. Puede colocar un parche que contiene posibles alérgenos en la piel del paciente y revisar la zona tratada tres o cuatro días después.
Reto controlado vía oral
La premisa detrás de este procedimiento es sencilla. En presencia del especialista, el paciente consumirá pequeñas porciones de la comida que parece estarle causado problemas. Esto le permitirá al médico observar sus reacciones en tiempo real y llegar a conclusiones más certeras. Por supuesto, hacer la prueba en un ambiente controlado brinda la ventaja de poder proporcionar asistencia inmediata al paciente en el remoto caso de que sus síntomas sean graves.
Exámenes de sangre
La muestra es evaluada para detectar la existencia de ciertos alérgenos presentes en los alimentos. Esta prueba se lleva a cabo cuando las anteriores no permiten determinar fuera de toda duda que el individuo padece de una alergia.
Dieta de eliminación de prueba
El especialista prescribe un plan en el que el paciente se abstiene por unos días de ciertos alimentos. Terminado el período de prueba, se evalúan los resultados.
Precauciones para los alérgicos a los alimentos
Hay diferentes factores que pueden desencadenar una reacción adversa en el organismo. Algunos de ellos desaparecen con el tiempo, mientras que otros son crónicos. Por eso, aun después de ser diagnosticado de forma positiva, es bueno volver a visitar al médico después de un tiempo. De esta manera, podrás comprobar si el problema persiste o ha cedido.
Aunque no es posible generalizar, te servirá tener presente que las alergias a ciertos productos tienen mayores probabilidades de desaparecer con el tiempo. Tal es el caso de la hipersensibilidad a los huevos, la leche, la soja y el trigo. En cambio, generalmente la necesidad de abstenerse de cacahuates, mariscos, nueces y pescados suele ser un requisito de por vida.
Dada la gravedad de algunos de los síntomas de la alergia a los alimentos, es indispensable adoptar ciertas medidas. Tomar algunas precauciones puede salvarte la vida. De esta manera, no sufrirás a causa de las reacciones alérgicas y, en caso de que se presenten, podrás hacer frente a ellas.
Infórmate lo más que puedas
Actualmente, no existe cura definitiva para las alergias alimentarias. Si la padeces, deberás acudir con un nutricionista para que te ayude a elaborar un plan dietético equilibrado. Este podría incluir ciertos suplementos y vitaminas que te ayudarán a obtener los nutrientes que no obtienes de ciertos alimentos. El objetivo es eliminar del menú todos los elementos que pueden desencadenar una reacción negativa y reemplazarlos por otros que sean igual de nutritivos y sabrosos. Además, existen grupos de apoyo (presenciales y en línea) y literatura en donde podrás encontrar consejos útiles al respecto.
Determina el contenido de lo que comes
Prepara tus propios alimentos o asegúrate de que la persona que cocina está al tanto de las especificaciones de tu dieta. Cuando vayas de compras, revisa cuidadosamente las etiquetas de cada producto procesado, esto te permitirá averiguar si un alérgeno forma parte de los ingredientes. Al principio, esto puede ser una tarea tediosa, pero con el tiempo aprenderás a determinar rápidamente cuáles son los artículos que puedes adquirir. El nutricionista puede ofrecerte orientación al respecto.
Ten cuidado cuando comas fuera de casa
Desconocer cuáles son los ingredientes específicos que conforman un plato es el principal desafío para los alérgicos que desean comer en un restaurante convencional. Nada garantiza que todos los ingredientes de una comida estén completamente libres de alérgenos. Ni los camareros ni el personal de la cocina podrán proporcionarte toda la información que necesitas para poder comer sin ninguna incertidumbre.
Dicho lo anterior, te agradará saber que actualmente existen restaurantes con un menú especial para quienes padecen de alergias a los alimentos. Solo hace falta indicar cuáles son los alimentos que no puedes consumir y los cocineros se encargarán de preparar una comida deliciosa y completamente libre de alérgenos.
Prepárate para combatir los síntomas en cuanto se presenten
Aun tomando las debidas precauciones al comer y beber, es posible que, de vez en cuando, consumas algo que no debes sin querer. Te darás cuenta de ello cuando comiences a experimentar síntomas alérgicos.
Hasta ahora no se ha desarrollado un tratamiento que te permita combatir la alergia y volver a comer todo lo que quieras. Sin embargo, sí existen medicamentos que te ayudarán a hacer frente a los síntomas, incluso los más graves.
Nunca deberías confiarte pensando que no necesitas estar preparado aunque tus experiencias pasadas hayan sido de bajo riesgo. Muchos estudiosos de las alergias alimentarias renuncian a catalogarlas como de menor o mayor intensidad. ¿Cuál es la razón? Pues bien, las reacciones del cuerpo son impredecibles. No es posible saber cuál será el comportamiento del organismo en el próximo encuentro con el alérgeno. Mientras que en algunas ocasiones los síntomas son poco perceptibles, en otras pueden llegar a ser mortales.
Así que, estés en casa o no, asegúrate de siempre tener a la mano el tratamiento prescrito por el alergólogo. Si después de comer, comienzas a sentir molestias propias de tu alergia, toma inmediatamente el medicamento y la dosis apropiados.
Ya dijimos que el choque anafiláctico es un peligro muy real. Una vez que comienza a manifestarse, evoluciona a una velocidad impresionante. Esperar a llegar al médico para recibir el tratamiento no siempre es la solución más eficaz. Lo más conveniente es llevar siempre contigo un autoinyector con epinefrina. Asegúrate de que no esté vencido y de siempre disponer de dos dosis por si los síntomas se repiten.
¿Cuándo debería recurrir a la epinefrina? La respuesta es simple. Esta se aplica cuando, después de comer, comiences a tener problemas para respirar o para pasar la comida, sufres de un ataque repentino de tos, sientes tu pulso débil, sufres de urticaria u de otros síntomas propios de la anafilaxia. No esperes a sentirte muy mal para actuar, incluso si tienes dudas sobre la naturaleza de los síntomas. Los beneficios de este compuesto son mayores que los riesgos por recibir una dosis innecesaria. Aun si te sientes mejor después de la inyección, debes de acudir al médico para recibir atención de emergencia.
Diferencias entre alergia, intolerancia e inflamación
Hasta ahora hemos hablado exclusivamente de la alergia alimentaria. Ahora bien, la mala asimilación de los alimentos también puede ocasionar otra clase de trastornos. La intolerancia y la inflamación son algunos de ellos.
Muchas personas confunden estas tres dolencias o usan los términos “alergia”, “intolerancia” e “inflamación” indistintamente para describir su problema, como si se tratara de sinónimos, pero en realidad son distintos entre sí. La principal diferencia entre estos radica en su origen.
Alergia alimentaria
Para empezar, veamos qué ocasiona una alergia alimentaria. Todos contamos con un sistema inmune cuya función consiste en identificar y atacar a los microorganismos causantes de enfermedades.
Por lo general, el primer contacto entre una sustancia y el sistema inmunitario sirve para reconocerla y catalogarla. Si el organismo determina que se trata de un compuesto hostil, lo atacará la próxima vez que se encuentre con él. Cuando el enfrentamiento se produce, el cuerpo actúa rápidamente ante lo que considera un riesgo inminente. En cuestión de minutos, los glóbulos blancos producen anticuerpos (conocidos como inmunoglobulinas) que rodean el alimento con el fin de neutralizarlo. A continuación, se libera histamina, un químico proinflamatorio causante de las reacciones alérgicas.
El problema radica cuando, por razones que no han sido plenamente identificadas, el organismo cree que ciertos componentes provechosos de los alimentos constituyen una amenaza. Irónicamente, un mecanismo concebido para defender al resto del organismo de los peligros procedentes del exterior podría terminar siendo el principal responsable de su colapso.
Inflamación alimentaria
El sistema inmune también está implicado en la afección conocida como inflamación pero en este caso no se trata de una reacción inmediata que surja al primer contacto con el alimento en cuestión. El paciente desarrolla esa inflamación con el tiempo debido a que consume un determinado grupo de alimentos en cantidad excesiva o porque su cuerpo ha superado el umbral de aceptación al mismo. Al ser un estado que se desarrolla con el tiempo y no una respuesta inmune inmediata estamos hablando de un problema reversible.
Se ha demostrado que unos niveles elevados de las citoquinas inflamatorias BAFF y PAF demuestran que estamos ante un organismo inflamado debido a ciertos grupos alimenticios. El diagnóstico de qué grupos son los que la están provocando es primordial para curarla mediante la propia alimentación.
La reintroducción gradual de los alimentos hará que el organismo vuelva a asimilarlos de manera natural y sin provocar los síntomas de malestar que afectaban al paciente.
Cabe destacar que la inflamación alimentaria es mucho menos grave que una alergia o intolerancia pero es cierto que puede llegar a suponer todo un problema para la persona que la sufra, además de afectar a enfermedades ya presentes en el cuerpo.
Las causas de la intolerancia se originan en el sistema digestivo, más bien que en el inmunitario. Esta es la principal diferencia con respecto a los dos trastornos previamente mencionados.
Particularmente, la intolerancia se produce debido a la ausencia de enzimas, moléculas proteicas que se encargan, entre otras cosas de descomponer los alimentos. En cuanto a los síntomas, la intolerancia también se manifiesta de formas que nos recuerdan a los de la inflamación y los menos letales de la alergia.
Actualmente se han identificado dos tipos de intolerancia: a la lactosa y al gluten. De hecho en el caso de esta última estamos hablando de una enfermedad autoinmune cuyo factor exógeno principal es este agente. La ausencia o escasez de la enzima lactasa permite descomponer la leche y sus derivados en elementos aprovechables por el organismo. Por su parte, aunque no existe una explicación concluyente, es bien sabido que el sistema digestivo de mucha gente tiene problemas para procesar el gluten, un conjunto de proteínas presentes en cereales como la avena, la cebada, el centeno y el trigo.
Abstenerse de ciertos alimentos, consumirlos en muy pequeñas porciones (solo en casos específicos) o buscar sustitutos son las principales medidas para lidiar con la intolerancia alimentaria.
Test de inflamación alimentaria Biomarkers
Además de las diferencias en cuanto a su origen y en cuanto a ciertos síntomas, cada dolencia se diagnostica y se trata de manera distinta. Asimismo, la alergia y la intolerancia se pueden controlar, mas no curar. Sin embargo, sí existe un remedio para la inflamación, el sistema Biomarkers, que es capaz de detectar el origen de esta así como el tratamiento más adecuado.
A fin de definir qué grupos de alimentos ocasionan inflamación, el paciente se somete al Test de Inflamación Alimentaria Biomarkers. Un pequeño pinchazo en el dedo basta para obtener la cantidad de sangre necesaria para la realización del estudio. La muestra es analizada por un equipo de expertos, quienes miden la reacción de dos tipos de proteínas sanguíneas inflamatorias. Los resultados del estudio se presentan en un informe.
Si el examen indica que, efectivamente, sufres de inflamación ocasionada por ciertos grupos de alimentos, entonces se elabora un plan personalizado. No hablamos de una dieta de eliminación en la que varios alimentos están prohibidos, más bien se trata de un programa que ayuda al organismo a recuperar la capacidad de procesar toda clase de comida reintroduciendo los alimentos de manera progresiva.
Queda claro que es sumamente importante determinar bien qué problema es el causante de las molestias que sientes después de comer. Lo que piensas que es una implacable alergia podría tratarse de una reversible y tratable inflamación alimentaria.
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