Existen una serie de nutrientes y vitaminas que no deben de faltar en una dieta que pretenda reforzar su sistema inmunitario. Algunos de los más importantes son el selenio, hierro, zinc, cobre, magnesio, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina A, vitamina D, vitamina E, omega 3 y omega 6. Todos ellos podemos encontrarlos en una alimentación sana y equilibrada, sobre todo en la escala piramidal de frutas, verduras y hortalizas. Algunos de los alimentos que fortalecen las defensas de nuestro organismo y reúnen aquellos nutrientes necesarios son:
Cítricos: limones, naranjas, mandarinas o pomelos contienen altos niveles de vitamina C y antioxidante, cuyo consumo diario es recomendado por la OMS.
Hierbas y especias: especialmente destacables en esta categoría son los ajos, cebollas y el orégano, elementos anti-bacterianos frecuentes en nuestros platos.
Pescados azul: entre estos se encuentran el atún, salmón o las sardinas. Son una fuente esencial de ácidos grasos de Omega 3.
Frutos secos: desde pipas de calabaza hasta las almendras, pasando por las nueces, estos frutos son importantes para el el consumo de un alto contenido vitamínico y grasas saludables.
Frutas y verduras: en general, todas contienen el aporte nutritivo fundamental para reforzar el sistema inmune. Algunas de las que no se consumen habitualmente y es recomendable incorporar a la dieta son el brócoli, espinacas, pimientos, los arándanos, el kiwi y las fresas.
Hortalizas y tubérculos: liderados por la zanahoria, la remolacha y el boniato, con alto contenido de vitamina A y otras propiedades dedicadas al bienestar físico como la piel.
Otros como el chocolate negro y el té verde: aunque no es conveniente abusar de él, su aporte de teobromina y antioxidantes son clave para generar glóbulos blancos.
Consejos para la rutina
Todo el mundo sabe lo que no se debe hacer: evitar las bebidas alcohólicas, fumar, comer comida basura… Pero además, existen hábitos imprescindibles que incorporar a la rutina para ayudar a las defensas a fortalecer el sistema inmunológico. Algunos de estos consejos son:
Lavarse las manos de forma adecuada y frecuente.
Tomar el sol, al menos, 15 minutos al día.
No consumir azúcar ni comida procesada.
Dormir las horas suficientes para tener un sueño reparador.
Evitar los lugares con aglomeraciones o que generen extrés.
Realizar, al menos, tres días a la semana algún tipo de actividad física.
El ojo humano es un órgano cuya función consiste en recibir los rayos luminosos procedentes de los objetos y convertirlos en impulsos electroquímicos que son conducidos al cerebro, al centro nervioso de la visión.
Los ojos se componen de las siguientes partes:
Iris: es la parte coloreada del ojo y controla la cantidad de luz que atraviesa la pupila, aumentando o disminuyendo su tamaño en función de su intensidad.
Pupila: es la parte central del iris, por la que la luz pasa a través del cristalino. Se contrae o se dilata según la cantidad de luz.
Cristalino: es una lente que permite enfocar el haz de luz hacia la retina.
Córnea: es una de las zonas externas del ojo. Protege al cristalino y al iris y permite el paso de la luz, por eso es trasparente.
Retina: es la parte del ojo sensible a la luz y está compuesta por dos tipos de células: los conos, cuya función es dar información sobre la nitidez y el color; y los bastones, que nos ayudan a percibir el brillo y el blanco y negro. La retina convierte los rayos de luz que recibe en energía eléctrica, que se transfiere al nervio óptico.
Nervio óptico: es el encargado de conducir los impulsos eléctricos de los conos y los bastones al cerebro.
Lóbulo occipital: es la parte del cerebro que convierte esa energía eléctrica en imagen.
Conjuntiva: es una membrana delgada que cubre la superficie interna del párpado y la parte blanca del globo ocular (la esclerótica).
Esclerótica: es la pared exterior blanca del ojo. Es un tejido fuerte y fibroso que se extiende desde la córnea (la sección frontal y transparente del ojo) hasta el nervio óptico en la parte posterior del ojo. La esclerótica le da su color blanco al ojo.
Las personas tienen una vista óptima cuando todos estos elementos funcionan correctamente. Si alguno de ellos falla, pueden producirse problemas típicos como miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia (vista cansada) o cataratas, entre otros.
Por todo ello, el sentido de la vista y el estado de nuestros ojos es importantísimo, puesto que el 50% de la información que recibimos de nuestro entorno nos llega a través de ellos.
¿Qué es la conjuntivitis?
La conjuntivitis consiste en la inflamación de la conjuntiva, ese tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. La conjuntiva, que contiene pequeños vasos sanguíneos, produce una sustancia viscosa para mantener húmeda y protegida la superficie del ojo. Cuando esta membrana mucosa se inflama, los vasos sanguíneos se hacen más grandes y visibles, lo que otorga al ojo un color rosado o rojizo, y puede provocar molestias, una mayor producción de legañas, etc. Estos signos de conjuntivitis pueden producirse en ambos ojos o sólo en uno de ellos.
Si bien la conjuntivitis es una afección leve y no suele provocar daños importantes, sí es importante tomar precauciones cuando se contrae, ya que la mayor parte de los casos son contagiosos.
¿A quién puede afectar la conjuntivitis?
La conjuntivitis es una dolencia común del ojo a nivel mundial que afecta tanto a adultos como a niños, aunque es más frecuente en los menores debido al estrecho contacto que mantienen con otros niños en las escuelas infantiles y guarderías, lo que facilita el contagio entre ellos.
¿Qué tipos de conjuntivitis hay?
En función de la causa, se distinguen varios tipos de conjuntivitis:
Conjuntivitis vírica. Se produce cuando un virus, que puede ser de diferentes clases, infecta el ojo. Muchos de estos casos están asociados a infecciones de las vías respiratorias superiores o resfriados comunes. Por lo general, la infección comienza en un ojo y puede pasar al otro en los días siguientes. Se propaga fácil y rápidamente entre las personas, aunque suele ser leve y desaparece entre los siete y los catorce días, sin causar efectos a largo plazo.
Conjuntivitis bacteriana. La conjuntivitis bacteriana está causada por la infección del ojo con bacterias como el estafilococo o el estreptococo. Es más infrecuente que los cuadros víricos. Puede contagiarse con facilidad y afectar a ambos ojos y también suele ser de carácter leve y curarse en pocos días o semanas.
Conjuntivitis alérgica. Sucede cuando alérgenos como la caspa de las mascotas, el polen, el moho, los cosméticos o los ácaros del polvo provocan la inflamación de la conjuntiva. Suele afectar a ambos ojos y se presenta más habitualmente en personas que sufren otras afecciones de origen alérgico, como rinitis o asma. Este tipo de conjuntivitis no es contagiosa.
Conjuntivitis química o irritativa. Está provocada por una sustancia química o un cuerpo extraño en el ojo que irritan o infectan la conjuntiva. Por ejemplo, el cloro de la piscina, el aire acondicionado o la contaminación ambiental causada por humos, gases o vapores de sustancias químicas. También el uso de lentes de contacto puede causarla, sobre todo si se duerme con ellas o no se limpian adecuadamente. Este tipo de conjuntivitis tampoco es contagiosa.
¿Cuáles son sus síntomas?
Aunque existen una serie de síntomas comunes, los signos de esta afección pueden variar en función del tipo de conjuntivitis y las causas que lo provocan. Según la Sociedad Española de Oftamología (SEO), los pacientes con conjuntivitis vírica suelen presentar los siguientes problemas:
Ojo rojo con molestias como ardor y escozor.
Aumento de las secreciones.
Incremento de las legañas, sobre todo al despertarse.
Aumento de la frecuencia del lagrimeo.
Sensibilidad a la luz.
En ocasiones, puede darse hinchazón en los párpados.
A veces, se produce también la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo.
Estos síntomas pueden durar entre una y dos semanas, aunque la enfermedad puede tardar hasta un mes en desaparecer por completo. En el caso de la conjuntivitis bacteriana, las secreciones suelen ser más abundantes y espesas, y a menudo adquieren un color amarillo-verdoso. Los síntomas en este caso pueden durar desde dos días hasta tres semanas.
Por último, cuando se trata de una afección alérgica, uno de los signos principales es un picor intenso en el ojo, que aumenta al frotarse. En general, los síntomas en el ojo de este tipo de conjuntivitis son paralelos a los de la rinitis alérgica en la nariz.
¿La conjuntivitis es contagiosa?
Sí. Las conjuntivitis bacterianas, pero sobre todo las víricas, pueden propagarse con mucha facilidad, pues las partículas víricas son capaces de sobrevivir durante semanas en superficies secas como sábanas, almohadas, toallas o utensilios del baño. En este sentido, la SEO recuerda que las principales vías de contagio son el contacto directo con secreciones respiratorias y oculares, así como con las manos y el uso compartido de toallas para limpiarnos las manos. La infección puede ser esporádica o producirse en brotes epidémicos en centros de trabajo, escuelas, centros deportivos o piscinas.
¿Cómo se diagnostica?
Normalmente, la conjuntivitis se diagnostica de acuerdo a los síntomas, a los antecedentes del paciente y a un examen médico general del ojo. En raras ocasiones, pueden ser necesarias pruebas de laboratorios como tests de diagnóstico rápido o análisis de las secreciones, si se sospechan formas más graves de conjuntivitis víricas o bacterianas.
En el caso de la conjuntivitis alérgica, es preciso descartar otras enfermedades y confirmar con pruebas en piel o análisis de sangre que el paciente sufre alguna alergia y que ésta es la causante de la inflamación de la conjuntivitis. En ocasiones, basta con observar cuándo, cómo y por qué aparecen los síntomas. Por ejemplo, si se producen en primavera con la llegada del polen o ante el contacto con un animal doméstico.
¿Cómo se trata la conjuntivitis?
El tratamiento de esta afección del ojo varía también en función de la causa que la provoca, pero en general está enfocado a paliar los síntomas y prevenir complicaciones y contagios.
En el caso de la conjuntivitis vírica, es importante realizar lavados frecuentes del interior del ojo con una lágrima artificial –pequeños envases desechables de suero fisiológico- y aplicar compresas frías para disminuir la inflamación. Los antibióticos son útiles únicamente frente a la conjuntivitis bacteriana, por lo que el profesional puede recetarlos en este caso en forma de colirio o pomada para los ojos, además de la utilización de suero fisiológico y compresas frías para paliar la sequedad.
En el caso de variantes más graves de conjuntivitis vírica, como la conjuntivitis herpética, el especialista puede prescribir antivirales vía oral.
Por último, tanto en el caso de las conjuntivitis alérgicas como tóxicas o irritativas, es necesario evitar la exposición a los agentes externos que provocan la inflamación. Para la primera, el especialista puede prescribir también colirios antihistamínicos o ciclos cortos de corticoides.
Las mordeduras y picaduras de insectos pueden causar una reacción cutánea inmediata. Las mordeduras de las hormigas rojas y las picaduras de abejas, avispas y avispones con frecuencia son dolorosas. Es más probable que las picaduras de mosquitos, pulgas y ácaros causen picazón antes que dolor.
Las picaduras de insectos y arañas causan más muertes por intoxicación que las mordeduras de serpientes. La mayoría de las muertes por mordedura de insectos se deben a reacciones alérgicas al veneno, más que a las toxinas del veneno en sí.
Consideraciones
En la mayoría de los casos, las mordeduras y picaduras de insectos se pueden tratar en casa fácilmente.
Algunas personas tienen reacciones extremas que requieren tratamiento inmediato para prevenir la muerte.
Algunas picaduras de arañas, como la viuda negra o la reclusa parda, pueden causar enfermedades serias o la muerte. La mayoría de las picaduras de arañas son inofensivas. Si es posible, lleve el insecto o araña que lo mordió con usted cuando busque tratamiento para su identificación.
Síntomas
Los síntomas dependen del tipo de picadura o mordedura y pueden incluir:
Dolor
Enrojecimiento
Hinchazón
Picazón
Ardor
Entumecimiento
Hormigueo
Algunas personas tienen reacciones graves y potencialmente mortales a las picaduras de abejas o de insectos. Esto se denomina shock anafiláctico. Esta afección puede ocurrir rápidamente y llevar a la muerte rápida si no se trata de manera oportuna.
Los síntomas de anafilaxia pueden ocurrir rápidamente y afectar a todo el cuerpo. Estos incluyen:
Dolor abdominal o vómitos
Dolor en el pecho
Dificultad para tragar
Dificultad para respirar
Hinchazón de la cara o la boca
Desmayos o mareos
Erupción o enrojecimiento
Primeros auxilios
En caso de reacciones graves, primero examine las vías respiratorias y la respiración de la persona. Llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) e inicie respiración boca a boca y RCP. Después, siga estos pasos:
Conforte a la persona, tratando de mantenerla calmada.
Quite anillos y otras joyas que se puedan atascar ya que la zona podría hincharse.
Utilice el estuche de epinefrina (Epi-pen) de la persona o cualquier otro artículo de botiquín de primeros auxilios, si existe uno (algunas personas que tienen reacciones graves a insectos llevan uno consigo).
Si es necesario, trate a la persona en caso de señales de shock y acompáñela hasta que llegue la asistencia médica.
Medidas generales para la mayoría de mordeduras y picaduras:
Retire el aguijón si está presente raspando con la parte posterior de una tarjeta de crédito o algún otro objeto de borde recto. No utilice pinzas, ya que estas pueden apretar el saco del veneno y aumentar la cantidad de veneno secretado.
Lave muy bien la zona afectada con agua y jabón. Después, siga estos pasos:
Aplique hielo (envuelto en un trozo de tela) en el sitio de la picadura por 10 minutos, retírelo por 10 minutos y repita el proceso.
Si es necesario, tome un antihistamínico o aplique cremas que reduzcan la picazón.
Durante los siguientes días, esté atento a señales de infección (como aumento del enrojecimiento, hinchazón o dolor).
No se debe
Tome las siguientes precauciones:
NO aplique torniquetes.
NO le administre a la persona estimulantes, ácido acetilsalicílico (aspirin) ni cualquier otro medicamento para el dolor, a menos que el proveedor de atención médica lo prescriba.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame al 911 o a su número local de emergencias si alguien con una picadura está presentando los siguientes síntomas:
Dificultad para respirar, respiración entrecortada o sibilante
Hinchazón en cualquier parte de la cara o en la boca
Opresión en la garganta o dificultad para tragar
Sensación de debilidad
Tornarse azul
Si usted tuvo una reacción grave en todo el cuerpo a una picadura de abeja, su proveedor debe referirlo con un alergólogo para que le realice pruebas cutáneas y tratamiento. Usted debe recibir un equipo de emergencia para llevarlo consigo a dondequiera que vaya.
Prevención
Puede ayudar a prevenir las mordeduras y picaduras de insectos haciendo lo siguiente:
Evite usar perfumes y ropa con figuras florales o de color oscuro cuando camine en bosques, campos u otras áreas en las cuales se sabe que hay un gran número de abejas u otros insectos.
Evite los movimientos rápidos y bruscos cerca de colmenas o nidos de insectos.
No ponga las manos en nidos o bajo madera podrida donde los insectos pueden reunirse.
Sea cauteloso al comer en espacios abiertos, en especial con las bebidas azucaradas o en áreas alrededor de colectores de basura, que a menudo atraen a las abejas.
La alimentación y algunos ejercicios pueden ayudar a aliviar los síntomas de la incontinencia urinaria. Si bien es necesario acceder a otros tratamientos, estos simples hábitos pueden mejorar esta condición. Te contamos cuáles son.
La incontinencia urinaria es una condición que se caracteriza por la pérdida del control de la vejiga. Puede ser leve, cuando las fugas de orina son menores, o grave, cuando la vejiga se vacía completamente.
Aunque el tratamiento puede variar en función de la causa subyacente, existen algunas medidas básicas que pueden contribuir a su control. En esta oportunidad, compartimos 5 hábitos que podrían contribuir a mejorar la incontinencia urinaria.
Hábitos para tratar la incontinencia urinaria
La pérdida de control de la vejiga puede estar causada por muchos problemas de salud. De hecho, la incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí, sino más bien un síntoma. En este, los escapes de orina son repentinos y pueden ocurrir al toser, estornudar o hacer algún tipo de fuerza.
Inclusive, algunos pacientes lo desarrollan de forma severa y lo experimentan como una necesidad fuerte de orinar. Ahora bien, independientemente de su causa o severidad, todos pueden poner en práctica estos sencillos hábitos. ¡Descúbrelos!
1. Hacer cambios en la dieta
El consumo de determinados alimentos de tipo picantes o azucarados aumentan las ganas de orinar.
Una de las claves para tratar la incontinencia urinaria es mejorar la alimentación. Si bien muchos lo ignoran, hay alimentos irritantes que pueden incidir de forma negativa sobre esta condición.
Por lo anterior, una publicación de la Clínica Mayo sugiere que es necesario reducir al mínimo o eliminar la ingesta de ciertas comidas, como las siguientes:
Alcohol.
Chocolate.
Frutas ácidas.
Comida picante.
Café, té y gaseosas.
Bebidas carbonatadas.
Productos a base de tomate.
2. Reentrenar la vejiga para tratar la incontinencia urinaria
Volver a entrenar la vejiga agrupa sencillas técnicas para fortalecer los músculos involucrados en la micción. Su objetivo es ayudar a establecer pautas horarias para el vaciado de la vejiga. Así, la primera técnica consiste en programar horarios fijos para ir al baño.
Lo ideal, es aguantar las ganas de orinar tanto como se pueda, hasta que el cuerpo se acostumbre al vaciado en los horarios establecidos. Por supuesto, es importante hacerlo de forma gradual: ir cada hora, luego cada dos horas, hasta que puedan pasar hasta intervalos de 4 horas sin fugas.
Otra sencilla técnica permite fortalecer la capacidad para retener la orina. Esta consiste en retrasar un poco la micción cuando se percibe una necesidad urgente de ir al baño. Entonces, primero se retrasa 5 minutos, luego 10 y así sucesivamente hasta sentir más control sobre la vejiga.
3. Hacer ejercicios para el suelo pélvico
Los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico son un buen complemento para tratar la incontinencia urinaria. De hecho, suelen ser la primera opción de tratamiento cuando los escapes de orina son leves. Los más conocidos son los llamados ejercicios de Kegel, cuya práctica puede hacerse a diario en casa.
En relación a esto, un estudio publicado en Global Journal of Health Science comenta que estos ejercicios son un mecanismo que podría mejorar la calidad de vida y la autoestima de las mujeres con incontinencia urinaria.
¿Qué debes hacer?
Para empezar, aprieta y relaja los músculos del suelo pélvico durante 5 o 10 segundos. Luego, descansa el mismo tiempo. Los músculos del suelo pélvico son los mismos que usas para detener el flujo de orina a la mitad. Si no estás seguro de cómo se hace, intenta cortar la orina cuando estés en el baño.
Otras actividades, como el puente o elevación de pelvis pueden ayudar. No obstante, hay que centrarse en contraer los músculos correctos.
4. Evitar el consumo de tabaco
El consumo de tabaco puede comprometer la función nerviosa de la vejiga. Debido a su alto contenido de componentes tóxicos, fumar puede causar un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Específicamente, según un estudio publicado en Science Direct, el efecto de la nicotina puede generar contracciones excesivas en la vejiga, lo que se traduce en el aumento repentino de la necesidad de orinar.
Por otro lado, cabe recordar que el tabaquismo puede conducir a un problema de tos crónica, lo que también incide en los escapes de orina. Al toser, la presión abdominal sobre el suelo pélvico aumenta, lo que produce un descenso de la vejiga y la uretra.
5. Evitar las bebidas alcohólicas
Las bebidas alcohólicas ejercen una acción negativa sobre la micción, debilitando las paredes del aparato urinario.
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas está relacionado con el debilitamiento e irritación de las paredes de la vejiga, uréteres y riñones. Por eso, a la hora de tratar la incontinencia urinaria lo mejor es evitar la ingesta de este tipo de bebidas.
El alcohol sobreestimula la vejiga y disminuye la capacidad para retener la orina. Además, al ser deshidratante, podría elevar el riesgo de infecciones urinarias.
¿Cuándo acudir al médico?
Finalmente, cabe recordar que, aunque estos consejos pueden ayudar a tratar la incontinencia, es importante acudir al médico en caso de tener síntomas de esta condición. Esto, ya que cuánto más pronto se reciba un diagnóstico y tratamiento, mejor es el pronóstico.
Este virus se transmite de la misma manera que los virus causantes de la gripe estacional, de persona a persona y por contacto directo. Y a primera vista podría parecer hasta un resfriado común pero no lo es.
DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE LA GRIPE A Y LA GRIPE COMÚN O ESTACIONAL
Aunque en general los dos tipos de gripes se parecen en muchas cosas, se diferencian en otras:
En general, los síntomas de ambas gripes son similares, por ello es muy difícil distinguirlas sin realizar ningún tipo de prueba clínica. De las pocas diferencias que algunos autores pueden destacar son los dolores abdominales, diarrea y fiebre más alta, superando los 39ºC, en la gripe A. Incluso en algunas publicaciones, como la de J.L Viejo Bañuelos, resaltan los síntomas digestivos (náuseas, vómitos o diarrea) como síntomas predominantes en personas con Gripe Porcina.
Las personas mayores de 65 años son menos propensas a contraerla. Esto es una clara diferencia con la gripe estacional o común.
Estos dos virus, que se transmiten de la misma forma, también se combaten igual, pudiendo aliviar sus síntomas con medicamentos, como antigripales para el alivio de múltiples síntomas en una sola toma, bebiendo mucho líquido y lo más importante, ¡descansando mucho!
Como ya veis, es muy difícil diferenciar los distintos tipos de gripe tan solo con los síntomas. Por eso es necesario tener en cuenta las recomendaciones (pañuelos de usar y tirar, geles desinfectantes, lavarse las manos frecuentemente, evitar el contacto físico con personas enfermas, etc.) y así prevenir tanto la gripe norteamericana como la gripe común o estacional. ¡Que la gripe no te frene!
Cada estación tiene su climatología particular y eso conlleva un estilo de vida diferente. En primavera, por ejemplo, las alergias son muy comunes. En cambio, en otoño, hay también algunas enfermedades que son más habituales. Aquí te mostramos unas cuantas.
Resfriados y gripe
El baile de temperaturas fomenta que haya momentos en los que al estar al aire libre y desabrigados se pueda coger más fácilmente un resfriado, una de las enfermedades del otoño más típica.
En esta época del año, la gripe y los catarros se extienden debido a la mayor resistencia de los virus en el aire frío y la escasa ventilación de los espacios cerrados, lo que hace que se acumulen gérmenes. Si a esto le sumamos la inmunodepresión que sufre el organismo en algunos casos por la astenia otoñal (de la que hablaremos más adelante), el cocktail es perfecto para ponerse enfermo.
Normalmente, a partir de octubre, se inician las campañas de vacunación para inmunizar a las personas que forman parte de los grupos de riesgo (con enfermedades crónicas).
Alergias
Para algunos la alergia ataca siempre. Las alergias medioambientales suelen producirse en primavera porque la mayoría dependen de la polinización de las plantas, pero hay más alergias, como la de los ácaros, una enfermedad del otoño bastante frecuente.
Las colonias de ácaros y la humedad repuntan por estas fechas y la reducción en la ventilación del hogar debido al frío hace que se muchas personas se vean afectadas por la alergia.
Asma bronquial
El aumento de humedad relativa y frío lleva a que las personas asmáticas sufran más crisis en otoño. La enfermedad puede derivar en una inflamación de los bronquios y aparición de mucosidad excesiva, el conocido como asma bronquial. El moho y los hongos son agresivos para la vía aérea y las personas sensibles sufren más cuando reaparecen.
Astenia otoñal
La astenia primaveral existe pero la otoñal también. La siguiente de las enfermedades del otoño es la astenia otoñal. La reducción de las horas de luz, la bajada de temperaturas, la vuelta a la rutina… Causan tristeza, apatía y cansancio, un trastorno psico-físico que se denomina astenia otoñal y se origina a consecuencia del aumento de producción de la hormona de la melatonina.
Anteriormente hemos visto en el blog cómo tratar la astenia primaveral. Quizás estos consejos puedan servirte de ayuda.
Dermatitis
Los ácaros del polvo son también responsables de problemas en la piel como la dermatitis. Los alérgicos se ven afectados por esta enfermedad otoñal debido la proliferación de los ácaros en ambientes húmedos, calientes por calefacción y poco ventilados.
La dermatitis puede complicarse pero para eso es mejor un control periódico del médico. Ventilar bien y limpiar con frecuencia puede suavizar sus síntomas.
Enfermedades reumáticas
Las enfermedades reumáticas son un grupo de trastornos de dolor que afectan a las articulaciones en momentos de cambio de presión atmosférica. Esto hace que sea una enfermedad típicamente otoñal y se requiere la intervención de un profesional médico para encontrar el tratamiento más eficaz a la hora de calmar el dolor.
Prevenir las enfermedades de otoño
Podemos evitarlas. La prevención de las enfermedades del otoño se basa en pequeños gestos del día a día que si se suman a una dieta equilibrada, el éxito será casi seguro.
Evitar las corrientes de aire frío: llevar suficiente ropa de abrigo (por si acaso)
Lavarse las manos con frecuencia
Mantener nuestra casa o espacio de trabajo limpio
Ventilar las habitaciones
Vacunarse de la gripe (si se es grupo de riesgo)
Manteniendo un ritmo de vida saludable y siguiendo estos consejos será más fácil que te mantengas sano y salvo de las enfermedades del otoño.
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Aunque estos frascos de “estilo tradicional” son más costosos, en Solgar los utilizamos porque protegen contra el calor, la luz, la humedad y por tanto preservan la potencia de los nutrientes.
La oferta de complementos alimentarios es múltiple y antes de entrar en tema, vamos a hacer un repaso de las diferentes alternativas de productos según su origen o forma de obtención:
Complementos naturales: en este grupo encontramos productos como el polen de abeja, la levadura de cerveza, el aceite de hígado de pescado y los suplementos minerales. Son productos que por sí solos ya son complemento nutritivo muy valorado.
Complementos de origen vegetal o animal al que se les ha segregado el complemento, tendríamos en este grupo la lecitina, aminoácidos, vitaminas como la E, A y D. El nutriente será un suplemento adecuado para personas que precisen un soporte adicional debido a que con la dieta no tienen suficiente.
Complementos equivalentes a los naturales pero sintetizados en laboratorio. Entre otros destaca la vitamina C y las vitaminas del grupo B. Puede que la dieta no sea suficiente o que haya unas necesidades aumentadas.
Complementos sintéticos: se sintetizan en laboratorio por procedimientos que aseguran mayor calidad que los productos naturales, por ejemplo sería la vitamina E. Aquí también puede que con la dieta no sea suficiente o que haya unas necesidades aumentadas.
Es importante tener en cuenta que los formatos naturales o de origen natural se integran mejor al organismo i reducen el riesgo de efectos secundarios. Respecto a la toma de suplementos, se debe seguir al pie de la letra las recomendaciones de los profesionales sanitarios para tomar el complemento más adecuado así como, tomarlo de la forma que sea el más eficaz para cada caso. Además, en personas con intolerancias y alergias se debe asegurar que no contengan alérgenos que puedan causar problemas.
Como se ha comentado, los profesionales de la salud deben hacer hincapié en seguir las indicaciones sobre el momento de la toma de suplementos para poder aprovechar al máximo los nutrientes en cada toma, a continuación se detalla cuando se prescribe tomar algunos suplementos:
Con el estómago vacío y sin tomar nada unas horas posteriores los suplementos de aminoácidos, hierro o sulfato de glucosamina.
30 minutos antes de comer, los probióticos, fibra soluble, colina o suplementos de omega 3 en forma de algas.
Con una dieta que contenga alimentos grasos las vitaminas liposolubles, ácidos grasos esenciales, lecitina de soja o Coenzima Q10.
Junto con las comidas los complementos a base de mezclas de vitaminas y minerales, antioxidantes, vitaminas del grupo B o enzimas digestivas.
Se debe tomar suplementos siempre que haya causa justificada ya que si no puede haber efectos adversos para la salud como acumulación en el organismo de algunas vitaminas liposolubles o de algunos minerales, aumento del riesgo de algunos tipos de cáncer, entre otros efectos. Por tanto, es importante seguir una dieta variada y equilibrada, como la dieta mediterránea, ya que por esta vía se asegura cubrir todas las necesidades nutricionales.
Por último, sí que es importante mencionar que hay etapas de la vida en las que hay necesidades especiales de nutrientes, ya sea por incremento de demanda o por riesgo de déficit. A continuación detallaremos situaciones en las que se debe asegurar aporte de determinados nutrientes para evitar riesgo para la salud:
Embarazo: en esta etapa de la vida, las necesidades de ácido fólico y hierro se ven incrementadas. El ácido fólico es para evitar problemas del tubo neural en el feto y el hierro debido a que el organismo debe incrementar el volumen de sangre y si no se suplementa es habitual que pueda presentarse anemia.
Postparto: el hierro es uno de los minerales que habitualmente se debe suplementar ya que durante la cuarentena hay pérdidas de sangre y si la madre no está bien nutrida puede tener déficit de dicho nutriente.
Lactantes: sobretodo en invierno y si no se puede exponer a los niños de hasta 1 año al sol, se indica suplementar la lactancia con vitamina D. Se ha detectado que si no se asegura el aporte de dicha vitamina en etapa adolescente se detectan carencias y dificultad de desarrollo normal de la estructura ósea.
Menopausia: la suplementación de calcio puede ser precisa en casos en las que se detecte un riesgo aumentado de osteoporosis pero siempre debe estar supervisado por un doctor ya que en algunos casos puede que sea precisa una terapia hormonal sustitutoria (THS) y además durante esta etapa todas las mujeres deben seguir una dieta rica en calcio.
En resumen, los complementos nutricionales son una buena alternativa siempre que se tomen bajo supervisión profesional y siguiendo las indicaciones de la toma para aprovechar al máximo su contenido.
¿A quién no le ha salido alguna vez unos “granitos raros” en verano? Verás, existen diversos tipos de sarpullido propios de esta época; desde las simples picaduras, hasta la erupción polimorfa lumínica (alergia solar), pasando por diferentes enfermedades o reacciones que pueden aparecer por el sol y el calor. Hoy hablaré en concreto sobre los granitos debidos al sudor, que reciben el nombre de miliaria.
¿QUÉ es la miliaria?
Se trata de granitos que pueden aparecer en distintas zonas del cuerpo, especialmente en épocas de calor. Hay tres formas distintas:
Miliaria cristalina o sudamina: es frecuente en bebés (es más frecuente en bebés de 1 semana de edad) . Consiste en granitos muy muy pequeños , del color de la piel normal, que se asemejan a pequeñas gotas salpicadas sobre la piel. Suele aparecer en la cabeza, cuello y parte alta de espalda.
Miliaria rubra: es el tipo más frecuente. Son granitos rojos en zonas de sudor, que en ocasiones pican. También es frecuente en bebés (sobre todo en el cuello y parte alta de espalda) pero puede aparecer a cualquier edad en zonas donde se sude especialmente.
Miliaria profunda: es el tipo más raro. Los granos son de mayor tamaño y se ve sobre todo en militares trabajando en zonas tropicales.
¿POR QUÉ aparece la miliaria?
La causa fundamental, es la obstrucción y/o inflamación de los conductos por donde sale el sudor a la superficie piel (los conductos de las llamadas glándulas sudoríparas ecrinas). Esto puede ocurrir en relación con:
Clima caluroso y húmedo
Ejercicio físico muy intenso
Fiebre
Oclusión de las glándulas sudoríparas por productos cosméticos, vendajes o prendas que no transpiren adecuadamente.
El clima caluroso y húmedo favorece la aparición de miliaria
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA la miliaria?
Habitualmente con una exploración clínica por parte del pediatra o dermatólogo suele ser suficiente ya que los granitos y sus circunstancias suelen ser muy característicos.
Excepcionalmente, podría necesitarse una biopsia para diferenciar estos granitos de otras enfermedades, pero esta situación es muy poco habitual.
¿CÓMO SE TRATA la miliaria?
La miliaria mejora progresivamente evitando los desencadenantes, o sea, aquello que favorece la sudoración en la zona. Es recomendable utilizar prendas ligeras, transpirables y no aplicar cremas o productos que puedan ocluir la piel. El baño/ducha diarios pueden ayudar a mantener la zona limpia y favorecer la curación. Si hubiera fiebre, debe tratarse la fiebre.
La miliaria se trata fundamentalmente evitando los factores que la desencadenan
En algunas ocasiones de miliaria rubra, en que los granitos estén muy rojos y resulten molestos, pueden utilizarse cremas con corticoide durante algunos días, para acelerar la curación.
Ya se acerca el buen tiempo, y con él, los amantes del deporte podrán disfrutar nuevamente de sus disciplinas deportivas favoritas al aire libre. La primavera es ideal para realizar ejercicio físico fuera de casa, ya que permite mejorar el estado de ánimo y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. En el siguiente artículo se presentan los mejores deportes para hacer en primavera.
Cuando comienza a subir la temperatura y el sol aparece con más frecuencia, es el momento propicio para realizar actividades al aire libre. Por otro lado, diversos estudios han logrado determinar la estrecha relación que existe entre las actividades al aire libre durante la primavera y su efecto sobre las habilidades mentales, como la concentración, la productividad y la creatividad.
En este sentido, la práctica de deportes en primavera puede ser sumamente beneficiosa para la salud física y mental, siempre que se cuente con el equipamiento y los materiales necesarios para mantener la seguridad y el confort. Por esta razón, quienes se animen a practicar un triatlón en primavera, necesitarán el correcto material para las tres disciplinas que lo componen.
¿Cuáles son los mejores deportes para hacer en primavera?
Una de las razones principales por las que millones de aficionados al deporte y los que practican alguna disciplina de forma profesional esperan pacientemente la llegada de la primavera, es que permite conectar nuevamente con la naturaleza que los rodea y así pueden disfrutar de sus múltiples beneficios.
Un estudio elaborado por Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés) destaca que, aunque el 50% de la población mundial ya vive en zonas urbanas, las actividades deportivas al aire libre pueden ayudar a disminuir los niveles de estrés, tensión o ansiedad.
Asimismo, permite aumentar la producción de serotonina y endorfinas, necesarias para un estado de ánimo óptimo. A continuación se presentan algunos de los mejores deportes para hacer en primavera, individualmente o en compañía de familiares o amigos.
Triatlón
El triatlón es uno de los eventos deportivos más completos y exigentes que hay. En él, los participantes compiten en una carrera en la que deben demostrar sus habilidades y resistencia para la natación, el ciclismo y la carrera.
Este excitante y exigente deporte para hacer en primavera puede ser practicado, tanto por profesionales, como aficionados y principiantes que recién se preparan para un futuro evento. Además, prepararse para un triatlón no es nada aburrido o rutinario, ya que combina perfectamente las habilidades multidisciplinarias.
Yoga al aire libre
El yoga cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Sin embargo, es difícil encontrar algún aficionado que niegue los múltiples beneficios de hacer yoga en casa, al practicarlo al aire libre.
El yoga al aire libre no solo es una de las mejores oportunidades para reencontrarse con la naturaleza, también esta práctica deportiva para hacer en primavera ofrece una sintonía inigualable entre el cuerpo, la mente y el medio ambiente. Por otra parte, ¿por qué gastar dinero en suplementos de vitamina D? El sol que se recibe durante una sesión de yoga al aire libre es ideal para recargar el organismo de vitamina D.
Running
Para los amantes del running, existe una notable y casi molesta diferencia, entre correr en una cinta dentro del gimnasio y dar una vuelta al aire libre.
A muchos no les es conveniente hacer running durante el invierno, por suerte, el buen tiempo llega y es momento de dedicarle más de un par de minutos a este deporte para hacer en primavera.
Senderismo
Por último, pero no menos divertido y saludable, se encuentra el senderismo, como uno de los deportes para hacer en primavera. Cabe señalar, que el senderismo cuenta con un importante número de beneficios, los cuales pueden potenciarse si se realiza acompañado de amigos o familiares.
En este sentido, el senderismo como deporte ayuda a las personas a superar el sedentarismo, a la vez que ayuda a mantener un peso saludable, y reduce los niveles de estrés, ansiedad y colesterol.