APLICACIONES DE BIO-OIL® ACEITE PARA EL CUIDADO DE LA PIEL (NATURAL)

Estrías, cicatrices, manchas, cuidado global de la piel… Cuatro extraordinarios beneficios que ha convertido a Bio-Oil en un icono del cuidado de la piel en todo el mundo y que este nuevo aceite natural ofrece también.

Estrías – Ayudando a prevenirlas durante el embarazo, adolescencia, aumentos de peso, etc, mejorando el aspecto de las ya existentes.

Cicatrices – Ayudando a mejorar su aspecto, tanto de las nuevas como de las ya existentes.

Manchas – Mejorando el aspecto de manchas y marcas de pigmentación nuevas y antiguas.

Envejecimiento – Aportando poderosos activos que consiguen hidratar, nutrir, suavizar y tonificar la piel de todo el cuerpo, suponiendo un verdadero “alimento para los tejidos” del rostro y el cuerpo.

RESULTADOS PROBADOS

Este nuevo Bio-Oil® Aceite para el cuidado de la piel (Natural) ha sido igualmente probado por estudios clínicos que atestiguan su eficacia:

  • 97% de mejora del aspecto de las estrías tras 8 semanas de uso.
  • 100% de mejora en el aspecto de cicatrices tras 8 semanas de uso.
  • 61% de mejora en el aspecto de las manchas tras 16 semanas de uso.

¿BIO-OIL® ACEITE PARA EL CUIDADO DE LA PIEL (NATURAL), BIO-OIL® ACEITE, GEL…?

Sabiendo ahora que los muchos beneficios de la fórmula clásica Bio-Oil y Gel, son compartidos por este nuevo producto con una fórmula 100% natural, puede surgir la duda de cuando, porqué o cual elegir. Bio-Oil Aceite para el cuidado de la piel y Bio-Oil Gel para piel seca, aunque contienen una gran cantidad de ingredientes naturales en su formulación, cuentan también con otros componentes no clasificados como naturales. Esto no quiere decir en ningún caso que alguno de ellos sea en absoluto sospechoso, o que pueda comprometer la salud de la piel. En cambio, Bio-Oil Aceite para el cuidado de la piel (Natural) es 100% natural, solo incluye ingredientes naturales, como garantiza la certificación ISO 16128.

Mismos beneficios, misma seguridad, diferentes fórmulas.

Elegir entre uno u otro es una opción personal, quizás por filosofía de vida si siente mayor atracción por usar productos 100% naturales, quizás porque su sutil y casi imperceptible aroma lo convierte en ideal si los productos perfumados no son lo tuyo, o simplemente no tengas que elegir, sino alternarlos o usar uno u otro en función de la zona a tratar. Por ejemplo, Bio-Oil Aceite para cuidar de zonas extensas del cuerpo, como piernas, brazos y torso, Bio-Oil Gel para zonas especialmente secas como rodillas y codos, y Bio-Oil Natural para el rostro, cuello, escote, antebrazos…

Conócelo, pruébalo, decide y… ¡cuídate!

 

Vacunas Covid: efectos secundarios entre Janssen, Pfizer, Astrazeneca y Moderna

A medida que continúan distribuyéndose las vacunas contra el coronavirus en todo el país, los expertos en salud señalan que antes de vacunarnos debemos comprender algo fundamental: las vacunas pueden causar efectos secundarios. 

Los efectos secundarios son similares para todas las  vacunas y son una señal de que la vacuna está ayudando a crear protección contra la enfermedad.

Estos son los efectos secundarios más comunes que se han reportado:

  • Dolor e hinchazón en el lugar de la inyección
  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Escalofríos
  • Fiebre
  • Dolor en los músculos y articulaciones
  • Náuseas
  • Inflamación, erupción o enrojecimiento tardíos en el lugar de la inyección
  • Inflamación de los ganglios linfáticos (generalmente se manifiesta como un bulto en la axila o por encima de la clavícula) 

 

 

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La mayoría de las reacciones son temporales y desaparecen en unos pocos días. Dado que te puedes sentir mal, los expertos recomiendan no hacer grandes planes para los días siguientes a recibir cada dosis de la vacuna. 

Los efectos secundarios son una señal de que la vacuna está surtiendo efecto

Los efectos secundarios de las vacunas no son inusuales. Por ejemplo, la vacuna contra la gripe estacional puede producir fiebre y fatiga, entre otras reacciones.

En cierta forma, estas reacciones leves a moderadas son “algo positivo”, , porque son “una señal de que el sistema inmunitario está respondiendo a la vacuna”. 

Según los expertos, lo importante es evaluar el malestar temporal frente a los beneficios más duraderos: un nivel posiblemente alto de protección contra una enfermedad que ha alterado la vida cotidiana de muchos de nosotros y ha cobrado la vida de más de 2.5 millones de personas en todo el mundo.

Los adultos mayores podrían presentar menos efectos secundarios

Si bien se ha demostrado que las vacunas contra el coronavirus son eficaces en los adultos mayores, las personas de 50 años o más presentan menos efectos secundarios que las personas más jóvenes que reciben la vacuna. 

Solo alrededor del 25% de las personas de 50 a 64 años y el 4% de las personas de 65 a 74 años que recibieron la vacuna de Moderna o la de Pfizer-BioNTech  tuvieron efectos secundarios. Mientras tanto, el 65% de las personas menores de 50 años reportaron una reacción.

Los datos de los ensayos clínicos de la vacuna de Johnson & Johnson mostraron un efecto similar. 

Los investigadores todavía están estudiando el motivo de este fenómeno, pero advierten que probablemente se relacione con la declinación de la respuesta inmunitaria que sucede con la edad. 

Los estudios también indican que la mayoría de las personas experimentan efectos secundarios más intensos después de la segunda dosis de las vacunas de Moderna y de Pfizer. 

Cómo tratar los efectos secundarios

Si bien los efectos secundarios pueden afectar la capacidad para desempeñar las actividades cotidianas, casi todos estos efectos deberían desaparecer por sí solos en unos días. Haz planes para tener suficiente tiempo para descansar durante los días inmediatamente posteriores a recibir cada dosis de la vacuna.

Si tienes dolor o molestias, los médicos advierten que un analgésico de venta libre como un medicamento antiinflamatorio no esteroide te pueden ayudar a sentirte mejor.

“Si la fiebre te produce malestar, tomar un antiinflamatorio no esteroide debería bajar la temperatura”…

Se desaconseja el uso de analgésicos antes de vacunarte “con el fin de prevenir los síntomas posteriores a la vacunación”, así que espera hasta tener efectos secundarios para tomar medicamentos.

Si tienes una reacción tardía en el lugar de la inyección, que por lo general se describe como una erupción, comezón o enrojecimiento que aparece de cinco a diez después de la vacunación, es probable que se trate de una reacción alérgica leve.

Otro efecto secundario que puede durar más de unos pocos días es la inflamación de un ganglio linfático, que puede sentirse como un bulto debajo de la axila o por encima de la clavícula. Esta inflamación no es nociva, pero puede durar algunas semanas. Debería desaparecer por sí sola con el tiempo.

La mascarilla

De todos es sabido que el uso obligatorio de la mascarilla ha traído consigo un problema: la irritación. Y es que las mascarillas más comunes están hechas de materiales poco transpirables y sus bandas elásticas se clavan en la piel. Para que sean efectivas, deben llevarse ajustadas, y su uso prolongado puede llegar a provocar magulladuras, enrojecimientos e irritación. Y ahora que se acerca el verano, pueden resultar hasta agobiantes.

RITUALES SUAVES

Para minimizar estos inconvenientes, lo primero es no ajustarse la mascarilla más de lo necesario y mantener nuestra rutina diaria, tanto de día como de noche, de cuidado de la piel. Solo tenemos que recordar que ahora también es recomendable lavarnos la cara después de usar las mascarillas, ya que el calor y la humedad pueden obstruir los poros y provocarnos granitos y puntos negros.

Puedes usar agua y jabón suave, pero si tienes la piel sensible te recomendamos que utilices agua micelar . Asegúrate de que sea cual sea el limpiador facial que escojas, este contenga componentes calmantes e hidratantes. Incluso puedes concluir tu limpieza habitual con la aplicación de un tónico facial suave para darle una sensación refrescante a tu piel.

Mascarillas, evita irritación en el rostro

UNA BUENA HIDRATACIÓN

Para combatir la irritación también es muy importante mantener tu piel hidratada. Bajo las mascarillas, la piel no respira y se resiente, volviéndose tirante y áspera. Además, no está tan protegida de los rayos del sol como pensamos, y menos después de tantas semanas de confinamiento. Por eso es fundamental que te apliques crema hidratante con protección solar con frecuencia, preferentemente después de cada uso.

MINIMIZA LOS RIESGOS DE LAS MASCARILLAS

Es preferible no utilizar maquillaje sobre la zona que quedará cubierta por la mascarilla, pero si decides usar maquillaje, lo mejor es mantenerlo al mínimo para permitir que tu piel respire. No te olvides tampoco de la protección solar, ya que hemos pasado varias semanas sin disfrutar de la luz natural y nuestra piel está más sensible que nunca.

Mascarillas de tela

Ahora que la mascarilla se ha convertido en un accesorio obligatorio, debes asegurarte de que escoges la más adecuada. Nuestro consejo es que no te olvides de mantenerla limpia y la sustituyas por otra cada vez que notes que se humedece la parte interior.

TODO PARA SER INMUNE

Ciertos signos como herpes labiales, caída del cabello, dificultades en la cicatrización o dolores musculares sin causa aparente pueden ser resultado de una inmunosupresión de bajo grado. El estrés prolongado, dietas inadecuadas o descanso insuficiente pueden ser posibles causas. En este artículo se repasan los nutrientes y alimentos que inciden directamente en el sistema inmunitario.

Un control en los hábitos y condiciones higiénico-sanitarias (dieta equilibrada y suficiente, ejercicio físico, descanso, control del estrés…) puede ayudarnos a reforzar el sistema inmunológico, que nos protege de bacterias, virus y otros organismos patógenos.

La suplementación con nutrientes específicos siempre debe ser revisada por un dietista-nutricionista, ya que los excesos de nutrientes tampoco están exentos de riesgos

Nutrientes implicados en el sistema inmunitario

La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) reconoce que algunas vitaminas o minerales (cobre, folato, hierro, selenio, zinc o vitaminas A, B6, B12, C y D, entre otros…) participan en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario (tabla 1).

Sin embargo, esto no significa que un aporte extra de los mismos mejore la inmunidad, ni que existan en la población deficiencias de estos nutrientes.

En el caso de la vitamina A, por ejemplo, una dieta equilibrada cubre los requerimientos del organismo. En el caso del cobre, por ejemplo, se establece que en la población europea no existe una ingesta inadecuada de cobre que conduzca a un mal funcionamiento del sistema inmunitario.

Ante una situación de clara deficiencia de un nutriente implicado en el sistema inmunitario, tomarlo puede tener un efecto en la respuesta inmune. Pero la ingesta suplementaria no tiene ningún efecto si no existe ninguna deficiencia. Ingerir mucha vitamina C solo mejora el sistema inmunitario en el caso de que haya una carencia, algo muy poco frecuente en España.

 

Por otro lado, la suplementación con nutrientes específicos, en cualquier caso, siempre debe ser revisada por un dietista-nutricionista, ya que los excesos de nutrientes no están exentos de riesgos.

Los probióticos son organismos vivos que, administrados por vía oral en las cantidades adecuadas, son beneficiosos para la salud del hospedador

Recomendaciones higiénico-dietéticas para mejorar el sistema inmunitario

En la tabla 2 se enumeran las recomendaciones para mejorar la capacidad del sistema inmunitario y hacer frente a las agresiones externas. Este listado incluye todos los aspectos probados científicamente que mejoran la actuación de dicho sistema para proteger a nuestro organismo.

Probióticos

Los probióticos son organismos vivos que, administrados por vía oral en las cantidades adecuadas, son beneficiosos para la salud del hospedador. Aunque sus beneficios son muy amplios, vamos a centrarnos en describir las funciones que estos prebióticos pueden ejercer sobre el sistema inmunitario.

• Actividad sobre la modulación del sistema inmunitario

Son capaces de actuar sobre la inmunidad innata y la adquirida y pueden incluso proteger al organismo frente a infecciones y procesos de inflamación crónica como la enfermedad de Crohn.

Las células epiteliales y las células del sistema inmune innato poseen receptores celulares capaces de discriminar entre la microbiota comensal y la patógena, induciendo la síntesis de distintos mediadores de la respuesta inmune innata como las citoquinas y favorecer respuestas adaptativas destinadas a combatir a los patógenos.

• Alergias

Existen una serie de procesos alérgicos (dermatitis atópica, rinoconjuntivitis y asma) en los que se han demostrado que algunas cepas probióticas pueden mejorar la manifestación de los síntomas. Sin embargo, son necesarios más estudios para demostrar los efectos beneficiosos de los probióticos en este campo.

Dermatitis atópica. Algunos estudios avalan el uso de L.rhamnosus GG sobre la dermatitis atópica. Hay estudios que demuestran que administrando esta cepa durante el embarazo se reduce a la mitad la frecuencia de dermatitis atópica.

Rinitis alérgica y asma. Algunas cepas de Bifidobacterium longum, L. acidophilus y L. casei han demostrado ser eficaces en algunos casos para reducir la severidad de los síntomas.

• Infecciones respiratorias

Algunas cepas de probióticos (como los Lactobacillus) según algunos estudios podrían reducir la incidencia de afecciones respiratorias. En otros estudios se habla de la disminución de la severidad de los síntomas. Otros trabajos hacen referencia a procesos de otitis, sobre todo en niños.

Existen una serie de procesos alérgicos (dermatitis atópica, rinoconjuntivitis y asma) en los que se han demostrado que algunas cepas probióticas pueden mejorar la manifestación de los síntomas

Alimentos funcionales

Son los que contienen algún nutriente o sustancia que, además de nutrir, proporciona un efecto beneficioso para la salud y, por tanto, una mejor calidad de vida. Es importante indicar que no son suplementos dietéticos.

Los alimentos funcionales deben cumplir unos requisitos fundamentales para su denominación, desarrollo y comercialización que están regulados por la Unión Europea en el Reglamento (CE) Nº 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre de 2006, relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos (tabla 3):

Los alimentos funcionales pueden actuar a varios niveles:

 modifican y equilibran la microflora del colon

 crean inmunidad a ciertos agentes patógenos y regulan el tránsito intestinal

 contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades en el sistema cardiovascular

 mejoran la resistencia a la insulina, proporcionan un rendimiento óptimo de la actividad física y mantienen el control del peso y la grasa corporal

 están implicados en el control de la toxicidad provocada por los contaminantes químicos presentes en los alimentos

 están recomendados en la mujer embarazada porque ayudan al desarrollo del feto y al crecimiento del bebé en los primeros años de vida

 regulan el estrés emocional

 reducen el apetito

Unos de los alimentos funcionales más conocidos y a los que se les atribuyen acciones sobre la inmunidad son los que aportan pro y prebióticos. Recordemos que para que un probiótico ejerza su acción beneficiosa sobre la salud:

 Se debe consumir la cepa indicada, en la dosis adecuada (109 – 1010 UFC/ día, para asegurar una correcta colonización del intestino (este aporte tan solo es posible a través de complementos dietéticos y no de alimentos funcionales).

 La bacteria debe mantenerse activa en el producto donde se incorpore (atención al procesado y almacenamiento, condiciones de temperatura, etc.).

 Debe sobrevivir al paso por el tracto gastrointestinal (la protección de la bacteria a través de microencapsulado, por ejemplo, es posible en complementos dietéticos).

 El probiótico debe mantenerse funcionalmente activo en el intestino para ejercer su acción.

Por todo ello, conviene ser muy cautos a la hora de realizar afirmaciones de salud respecto a estos alimentos y estar atentos con la publicidad que, a veces, puede resultar engañosa.

Publicidad engañosa

Algunas veces aparecen en los medios de comunicación noticias que relacionan alimentos e inmunidad con poca base científica. De hecho, se considera que el 20% de las declaraciones relacionadas con la pérdida de peso y con la inmunidad que acompañan a suplementos dietéticos son un fraude.

Los suplementos dietéticos que incluyen promesas sobre pérdida de peso y sobre la inmunidad suponen un segmento en alto crecimiento. Pues bien, el riesgo es que algunos consumidores intenten sustituir los tratamientos médicos acreditados por estos suplementos dietéticos.

Aún así, es posible encontrar hoy en el mercado europeo complementos con declaraciones que también vulneran los dictámenes de la EFSA.

Estrés y sistema inmunitario

El estrés se produce cuando los episodios de la vida, ya sean de orden físico o psíquico, superan nuestra capacidad para afrontarlos. Aunque esto puede afectar a todos los órganos y funciones orgánicas, sus efectos se concentran sobre el corazón y sistema cardiovascular, que se ve obligado a trabajar de forma forzada, y sobre el sistema inmunitario, que reduce su efectividad, lo que provoca una disminución en el sistema inmunitario.

Cortisol y estrés

Cuando existe una circunstancia que el organismo interpreta que es peligrosa, las glándulas suprarrenales secretan cortisol. Esta hormona permite a forzar la partició nuestro cuerpo afrontar la situación de excepcionalidad. Si esto ocurre de manera puntual, una vez normalizada la situación de peligro, se normalizan los niveles. Pero si el estrés se cronifica en el tiempo, el cortisol puede provocar efectos perjudiciales en el sistema inmunitario, favoreciendo una mayor predisposición a enfermar.

Mecanismo de acción

El cortisol puede debilitar la actividad del sistema inmune evitando la proliferación de células T. El cortisol transforma a las células T productoras de interleucina-2, insensibles a la interleucina-1 (IL-1) e incapaces de producir el factor de crecimiento de las células T. El cortisol también tiene un efecto negativo sobre la interleucina-1. Las células NK (Natural Killer), en cambio, no son afectadas por el cortisol.

El aporte excesivo de energía puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones, por lo que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares que, a su vez, están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica

Recomendaciones desde la oficina de farmacia para reforzar el sistema inmunitario

 Seguir una dieta variada, basada en alimentos frescos y ricos en vitaminas y minerales.  Dormir el suficiente número de horas para favorecer el correcto funcionamiento de nuestro sistema de defensas.  Realizar de forma regular actividad física aeróbica de intensidad moderada (caminar a paso ligero, nadar, bicicleta, etc.).  Aprender a llevar un ritmo de vida más relajado y a evitar el estrés. Cuando la dieta no es equilibrada, cabe la posibilidad de recurrir a complementos dietéticos, teniendo en cuenta que, al mismo tiempo, se deben mejorar progresivamente los hábitos alimentarios.

 Recurrir a las plantas medicinales para ayudar a reforzar la inmunidad (equinácea, tomillo, escaramujo, ajo, hojas de grosello negro, espino amarillo, etc.).

Dieta equilibrada

La ingesta energética tiene una clara influencia en la actividad inmunológica, tanto por exceso como por defecto de calorías.

El aporte excesivo de energía puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones, por lo que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares que, a su vez, están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica.

Por otro lado, las personas desnutridas, por ejemplo las que siguen regímenes de adelgazamiento desequilibrados –o de menos de 1.200 calorías al día–, presentan un mayor riesgo de contraer infecciones, porque las dietas pueden hacer disminuir la función inmunológica.

La reducción de grasas en la dieta resulta fundamental para controlar el peso y también para el óptimo funcionamiento del sistema inmunológico. Parece ser que las dietas ricas en grasa reducen la respuesta inmunológica, aumentando así el riesgo de infecciones. Por lo tanto, si se reduce el contenido de grasa en la dieta, la actividad inmunológica aumenta.

Hay que tener en cuenta que no solo es importante la cantidad; la procedencia o calidad de las grasas que introducimos en nuestra alimentación cotidiana también cuenta. Conviene incluir en nuestra dieta pescado azul, frutos secos, aceite de oliva y girasol o soja o aceite de linaza para asegurar un aporte equilibrado de diferentes grasas esenciales para la salud.

Consumir regularmente productos lácteos fermentados –como yogur o kéfir– también contribuye a aumentar las defensas inmunológicas. De hecho, hay estudios que demuestran que quienes toman regularmente leches fermentadas presentan, además de una mayor resistencia a los microorganismos que provocan las intoxicaciones alimentarias, un mejor estado del sistema inmunológico.

CÓMO MEJORAR LA DIGESTIÓN DESPUÉS DE LAS FIESTAS DE NAVIDAD

Las comidas de Navidad a menudo son más ricas en sal, azúcar, grasas y alcohol de lo que estamos acostumbrados. Esto afecta negativamente a nuestro sistema digestivo y aparecen síntomas como ardor de estómago, digestiones lentas, dolor de estómago, a veces incluso sensación de mareo acompañado de dolor de cabeza y cansancio intenso.

Los alimentos con sabor amargo y ligeramente picante pueden ser de gran ayuda para mejorar la digestión en cualquier momento del año, pero especialmente durante y después de las fiestas de Navidad. Son alimentos que estimulan el hígado y la vesícula biliar como los siguientes:

  • Alcachofa
  • Apio
  • Escarola
  • Ruca
  • Endivia
  • Rábanos
  • Germinados de col
  • Diente de león

Todos ellos estimulan la secreción de enzimas digestivas, por lo que mejoran la digestión y favorecen el tránsito intestinal.

El apio y las endibias tienen también propiedades diuréticas, son especialmente buenos para las personas con hipertensión arterial o retención de líquidos. Se pueden comer crudos, aliñados con una vinagreta de aceite de oliva virgen y limón, o bien se puede hacer un caldo con cebolla y perejil.

 

 

La alcachofa es un gran alimento para el hígado. Estimula la detoxificación hepática y tiene propiedades hepatoprotectoras. Además, es muy rica en fibra prebiótica como la inulina, que favorece el crecimiento de las bacterias intestinales mejorando la salud intestinal.

Las infusiones de té verde con limón son también un gran aliado para el hígado por sus propiedades antioxidantes. Hay que tener presente sin embargo que el té lleva cafeína, que es estimulante y nos hace estar más despiertos, pero también nos puede provocar insomnio si nos lo tomamos por la tarde o hacia el final del día.

¿Por qué es importante la salud bucal durante el periodo de la pandemia por COVID-19?

La cavidad bucal representa una vía de entrada al cuerpo humano de numerosos microorganismos, entre ellos SARS-CoV-2, el coronavirus que está produciendo la pandemia por COVID-19 durante este año.

Se ha publicado que este virus se transmite de persona a persona a través de las gotículas que expulsamos por la boca y nariz al realizar actos como estornudar, toser o hablar.

También se ha descrito que este coronavirus infecta a las células del huésped (las células humanas) uniéndose a unos receptores específicos (denominados ECA2). Una vez dentro de las células del huésped, el coronavirus utiliza la maquinaria celular humana para producir miles de copias (nuevos virus), que posteriormente se liberan y pueden infectar otras células.

Estos receptores se encuentran en diversas partes del cuerpo humano como pulmón, intestino, riñón y en la cavidad bucal. Dentro de la cavidad bucal, podemos encontrar estos receptores en tejidos como glándulas salivales y en la mucosa oral, pero se encuentran en alta densidad en las células epiteliales de la lengua[1].

Existen estudios que sugieren que, durante la primera semana, el virus se multiplica de forma activa en vías respiratorias superiores (boca, nariz y garganta)[2]. Además, el virus se ha detectado en saliva en pacientes con la enfermedad COVID-19.[3]

Por tanto, la cavidad bucal supone una de las principales vías de entrada y de transmisión de este virus y una zona donde el virus puede replicarse. Se trata de una zona de alto riesgo de infección.

Por ello, es fundamental mantener una buena salud bucal a través de la higiene bucal.

 

 

¿Qué medidas preventivas de higiene bucal debemos tomar durante el periodo COVID-19?

En primer lugar, el cepillado, que es la base de la higiene bucal. Para tener un buen cepillado, se debe seguir una buena técnica, duración y frecuencia adecuadas – 3 veces al día durante al menos 2 minutos – y utilizar cepillos dentales de calidad, con filamentos que respeten los tejidos bucales y eficaces en la eliminación de la placa bacteriana o biofilm bucal.

Durante este periodo, es especialmente importante la higiene del cepillo, especialmente del cabezal, ya que los filamentos pueden suponer un medio ideal para el sobrecrecimiento de patógenos tanto de la boca como del ambiente.

Entre las medidas de higiene del cepillo en este periodo encontramos:

  • Aclarar con agua tras su uso y sacudir muy bien el cepillo para eliminar el exceso de agua.
  • El uso de capuchones con orificios que permitan la ventilación del cepillo. De esta manera, protegemos los filamentos y, además, favorecemos el secado de los mismos.
  • Guardar el cepillo en posición vertical y evitar el contacto con otros cepillos.
  • Cambiar el cepillo tras un proceso infeccioso.

En segundo lugar, la higiene interproximal. Es importante realizarla de forma diaria – ya sea con cepillos interproximales, sedas y cintas o con irrigadores bucales – para eliminar la placa bacteriana que se acumula entre los dientes y en el margen entre encía y diente, y que es responsable de la aparición de numerosas patologías bucales.

En tercer lugar, la higiene lingual. En la superficie dorsal de la lengua se acumula un número elevado de microorganismos y, como se ha descrito anteriormente, se pueden encontrar receptores a los que podría unirse SARS-CoV-2 e infectar las células humanas. Por ello, se recomienda el uso de un limpiador lingual de forma diaria y durante este periodo, dos veces al día, que ha mostrado eficacia en la reducción del cubrimiento lingual, células epiteliales y microorganismos[4].

En cuarto y último lugar, el uso de pastas dentífricas y colutorios específicos. En función de su formulación, estos productos pueden aportar diversos beneficios. En concreto, aquellos que contienen antisépticos están indicados para ayudar a controlar y reducir los microorganismos de la cavidad bucal.

El CPC (Cloruro de Cetilpiridinio) es un antiséptico seguro y eficaz, incluido en algunos dentífricos y colutorios, que en estudios de laboratorio y en humanos ha mostrado actividad viricida y preventiva por distintos tipos de virus, como el virus de la gripe u otras cepas de coronavirus.[5],[6],[7]

De hecho, existen protocolos de prevención de COVID-19 en la clínica dental (como los protocolos del Consejo de Dentistas de España, de los Ministerios de Sanidad de España e Italia, multitud de asociaciones científicas a nivel global) que incluyen el uso de enjuagues de CPC 0,05%-0,10% por parte de los pacientes, con el objetivo de disminuir la carga viral en la cavidad bucal, y así disminuir el riesgo de transmisión por parte de una persona portadora de COVID-19. Se recomienda que el colutorio se realice en forma de gargarismos, para, además de la cavidad bucal, ayudar a llegar a la zona faríngea, donde podría encontrarse el virus.

Estas medidas de salud bucal específicas se deben incorporar al resto de medidas ya establecidas (distanciamiento social, uso de mascarillas, lavado de manos con jabón o con geles hidroalcohólicos, etc.) con el objetivo de ayudar en la prevención de la transmisión de COVID-19.

Problemas de piel por las mascarillas…

¿Has notado que con el uso de la mascarilla te salen más granitos? Eso es un fenómeno llamado maskné: acné debido a usar las mascarillas de protección respiratoria. El término hace referencia a “mask” (mascarilla) y “acne” (acné), y lo sufren todo tipo de pieles: desde las más grasas a las secas.

Pero, ¿por qué nos sale acné por usar una mascarilla? Por dos razones: el roce mecánico de la mascarilla y la piel y la proliferación bacteriana que aumenta al llevar la piel cubierta. Ambas razones son un cóctel que acaba derivando en los molestos granitos.

Igual te has sentido tentada de hacer una rutina astringente y para piel grasa para eliminarlos. ¡Alto! Sería contraproducente. Te contamos las claves para tratarlos.

 

Maskné: acné por el uso de mascarillas

Cómo prevenir y tratar el maskné

  1. Cambia la mascarilla de protección a menudo. El sudor y la humedad de la respiración que se acumulan entre la piel y la mascarilla son el caldo de cultivo perfecto para que las bacterias causantes del acné proliferen. Respeta los tiempos de uso recomendados de las mascarillas respiratorias y cámbialas a menudo.
  2. Limpia la piel de forma suave dos veces al día. Elige un limpiador sin jabón adecuado para tu tipo de piel y evita el agua micelar durante el brote de granitos. Por ejemplo, el limpiador facial de Cerave, disponible en gel espumoso para piel normal a grasa y gel limpiador hidratante para piel normal a seca. Truco: Cuando llegues a casa, haz la limpieza justo después de quitarte la mascarilla.
  3. Mantén la piel libre de humedad. Puedes usar un tissue de papel durante el día para secar el sudor y humedad acumulada. Hazlo a toques, sin restregar.
  4. Hidrata la piel con un producto adecuado. Aunque parezca que entra en conflicto con el punto anterior, son dos temas diferentes. Elige una hidratante ligera, con ingredientes que reparen la barrera de la piel (por ejemplo ceramidas). Una buena idea de hidratante en este caso es la Crema de agua de Uriage, disponible en versión ligera para todo tipo de pieles (especialmente normales a mixtas) y versión rica para pieles secas o muy secas. Déjala secar completamente antes de ponerte la mascarilla.
  5. Introduce un exfoliante suave en tu rutina. Una o dos veces a la semana, es recomendable utilizar un exfoliante suave para eliminar células muertas y ayudar a incentivar la renovación celular. Esto ayudará a que la barrera de piel esté más cohesionada y sea más resistente cuando las bacterias del acné quieran instalarse. Un buen exfoliante para empezar son las ampollitas Night renew de Martiderm, un formato muy práctico.

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¿Trastornos intestinales? Descubre los más comunes durante el verano

Ola de calor? ¿Subida generalizada de las temperaturas? Te resulta familiar, ¿verdad? El calor que está presente durante los meses de verano, junto a otros factores como cambios en nuestros hábitos y alimentación, provocan que las infecciones intestinales sean muy habituales durante el periodo estival.

Consumir alimentos que no han sido cocinados adecuadamente, que han permanecido demasiado tiempo a temperatura ambiente o que no se han lavado lo suficiente antes de comerlos, son algunas de las causas más frecuentes de estos problemas intestinales.

Dentro de las afecciones más comunes encontramos:

  1. Diarrea Aguda. Se caracteriza por la necesidad de realizar más de 3 deposiciones al día, generalmente líquidas.
  2. SHU (Síndrome Urético Hemolítico). Cuando aparece, suele deberse a carne que no ha sido cocinada de forma correcta, y por tanto ha sido contaminada por la bacteria Escherichia Coli 051. Es importante prestarle atención sobre todo en los niños, que son los más sensibles a padecerla.
  3. Gastroenteritis. Se presenta con diarrea aguda acompañada de dolor abdominal, vómitos e incluso fiebre.
  4. Salmonelosis. La produce la enterobacteria Salmonella y es una de las infecciones alimentarias más agresivas. Sus síntomas coinciden con una gastroenteritis pero además se suele acompañar con fiebre alta y dolor muscular.

Como sabemos, es muy importante hidratarse durante estos meses de calor. Por ello, si se sufre alguna alteración intestinal, necesitamos beber agua de forma más continuada, ya que producen deshidratación y desmineralización. 

¿Y qué podemos hacer para evitarlo? Podemos reducir el riesgo de padecer trastornos en nuestro sistema digestivo durante el verano si prestamos atención a las siguientes recomendaciones:

  1. Lavar muy bien los alimentos
  2. Una vez han sido cocinados los alimentos, no dejarlos a temperatura ambiente más tiempo del necesario
  3. Igualmente es muy importante saber conservar los alimentos, estén cocinados o no
  4. Vigilar las fechas de caducidad, sobre todo de carnes y pescados
  5. En verano, es habitual comer más fuera de casa. Si no son establecimientos conocidos o de confianza, se debe prestar atención a las normas básicas como el uso de guantes, limpieza o la buena conservación de los alimentos
  6. Mantener tu sistema digestivo en forma. Para ello es esencial tener en equilibrio nuestra flora intestinal con probióticos premium de alta calidad 

¿Qué pasa en nuestro cuerpo si tenemos un déficit de vitamina C?

El ácido ascórbico, más conocido como vitamina C, es un nutriente esencial para nuestro organismo. Esta vitamina liposoluble debe formar parte de nuestra dieta¿Quieres saber por qué? En las siguientes líneas os explicamos su importancia y qué pasa en nuestro cuerpo cuando no tenemos una cantidad adecuada de la misma.

Los beneficios más importantes de la vitamina C son:

  • Participa en la cicatrización de las heridas
  • Ayuda a nuestro organismo a asimilar mejor el hierro de los alimentos que ingerimos
  • Fortalece nuestro sistema inmunitario
  • Es un potente antioxidante
  • Imprescindible para la generación y asimilación del colágeno

Con todo ello, podemos decir que, añadir vitamina C a nuestra dieta, nos ayuda a cuidar la salud de nuestra piel, por influir en la formación de colágeno así como su participación en la lucha contra los radicales libres.

Pero, ¿qué pasa si no aporto a mi cuerpo la cantidad de vitamina C necesaria?

Los síntomas y problemas más habituales cuando tenemos déficit de esta vitamina son:

  • Músculos debilitados
  • Gingivitis
  • Dificultad para cicatrizar heridas
  • Hematomas
  • Inflamación de las articulaciones
  • Cansancio y malestar general

¿Y si tomara una cantidad de vitamina C superior a la necesaria?

La cantidad diaria recomendada en adultos de esta vitamina es de 90 mg al día. Tomar un exceso de esta vitamina, no es perjudicial para nuestro organismo porque dicho exceso se elimina en la propia orina. Sin embargo, tomar cantidades superiores a 2.000 mg al día, sí que puede causarnos diferentes síntomas como náuseas o acidez.

¿Es difícil alcanzar la cantidad diaria recomendada?

Para nada. Si se lleva una dieta equilibrada con aportes de frutas y verduras, como la naranja o el brócoli, se alcanza la cantidad de vitamina C necesaria fácilmente. Por ejemplo, 100 gramos de pimiento rojo aporta 139 mg de vitamina C. O el brócoli, 100mg por cada 100 gramos de este alimento.

Pero sí que hay que tener cuidado con la forma de tomar esta vitamina. Es muy sensible a la luz y a la temperatura, por lo que cuanto más procesado esté el alimento, menos cantidad de vitamina C nos aportará. Lo ideal es incluir, al menos, una ración de fruta fresca y una de verdura cruda. Si se preparan es mejor cocinarlas al vapor y no durante mucho tiempo.

 

 

Los mejores solares que encuentras solo en farmacia

No nos extraña que te encuentres perdida ante la desmesurada oferta de productos indicados para proteger tu piel y la de los tuyos de las inclemencias solares. Como sucede cada temporada, los estantes de perfumerías, supermercados y centros comerciales están repletos de marcas con todo tipo de formatos, texturas y la numeración que índica el factor del protección solar.  Lo que se dice todo un ¡ofertón! que puede llevarte a la confusión.

Así que, por nuestra parte, solo nos queda decirte que la mejor opción es que para cuidar y proteger a tu piel del sol y sus terribles consecuencias, te dejes guiar por la experiencia que ofrecen los profesionales de las farmacias que despachan mediante “venta-consejo” y tienen en cuenta la reacción de tu piel al sol e incluso tus hábitos personales. Porque para elegir el mejor fotoprotector solar cuenta mucho tu estilo de vida; así,  si por ejemplo, eres un amante de los deportes acuáticos, necesitas formulaciones impermeables, que aguanten el remojo sin inmutarse y siga protegiendo tu piel.

Este es el principal motivo por el que la elección de un protector solar correcto, es el primer paso para cuidar la piel y prevenir la aparición de enfermedades dérmicas. Inmaculada Canterla, farmacéutica especialista en Dermocosmética, Medicina Antiaging y Nutrición, miembro de la SEMAL y la SEMCC y Directora de Cosmeceutical Center, explica “El uso del filtro solar debe ser diario, los 365 días del año, incluso cuando el cielo está tapado o llueve, y se convierte en un elemento imprescindible con la llegada del buen tiempo”. Para ella resulta chocante que las mujeres lleven una crema hidratante de manos en el bolso, y “Sin embargo, la inmensa mayoría no le da importancia a la protección solar, a pesar de ser más crítica que la hidratación de la piel”.

Al mismo tiempo, es necesario recordar que el sol tiene su parte positiva. Es un hecho que realizar una exposición solar segura todos los días es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. La exposición solar le permite a tu cuerpo producir naturalmente su propio suministro de vitamina D, incluso los expertos están de acuerdo que esta es la mejor forma de vitamina D disponible.

chicas en la tabla

Las amantes de los deportes acuáticos que se pasan muchas horas al sol, rodeadas de agua o mojadas, necesitan productos solares que cumplan con un alto nivel de exigencias y tengan todas las garantías.

La experta Inmaculada Canterla, ha elaborado este decálogo para orientarte a la hora de elegir un buen protector solar:

1.- No solo debe proteger de los rayos UVB, (responsables de los daños inmediatos sobre la piel, como las quemaduras) sino también debe proteger de los rayos UVA (daños en el DNA de la piel, las células, los vasos y los tejidos).

2.- Recomiendo escoger filtros físicos, no químicos e inorgánicos que reboten los rayos UV antes que sean absorbidos por la piel

3.- Evitar los filtros solares que contengan PABA en su formulación. El ácido para-aminobenzoico puede causar daño celular y hay una mayor incidencia de alergias relacionadas con él.

4.- Deben ser productos estables ante el calor (foto estables).

5.- Se aconseja escoger productos de aplicación sencilla y cómoda para fomentar la reaplicación frecuente del filtro.

6.- Cuidado con los protectores secundarios. Aquellos que incluyen reclamos publicitarios sobre protección solar pero cuya función principal no es proteger la piel del sol como, por ejemplo, las cremas hidratantes con SPF15.

7.- Los filtros solares deben incluir en su formulación Filtros Biológicos. No son filtros solares como tal sino agentes antioxidantes que actúan junto con los filtros evitando la formación de radicales libres y potenciando el sistema inmunológico de la piel. Las vitaminas A, C y E entre otros son las más utilizadas.

8.- Lo último en formulación es incorporar a las fórmulas activos para la protección y reparación del ADN(DNA-Protect) dañado por los rayos UV, a través de enzimas que han sido aisladas de microorganismos extremófilos y cumplen funciones reparadoras.

9.- Cuidado porqué los protectores solares caducan. Con el paso del tiempo, sus componentes se van degradando como en cualquier otro producto. Por eso, no es recomendable utilizar fotoprotectores abiertos de un año para el otro ya que eso devalúa el factor de protección. La protección no será del todo completa por tanto se estará en riesgo de sufrir los efectos nocivos del sol.

10.- Es básico reaplicar el filtro solar cada 2- 4 horas. El SPF es “dosis-dependiente”. Reponerlo es tan importante como aplicarlo por la mañana.

Uno de los productos que aún van más allá de todos los requesitos que deben de tener un buen protector es el que presentan los Laboratorios SkinClinic, que se puede adquirir exclusivamente en centros médicos y en su web. Así lo explica su creador, Cayetano L. Gutiérrez, “Tenemos en SLY 100 de Sun Lux, el protector solar oil free más avanzado que existe, tanto por sus filtros como por su formulación única, y sometido a los test más exigentes. Es la combinación más perfecta que aúna el conocimiento de la piel y el estudio de la fotoprotección. Con un índice de protección muy superior a 50 de SPF (mayor de 70), carece de todos los ingredientes irritantes presentes en las cremas habituales: emulgentes, antioxidantes, estabilizantes, conservantes y perfumes. Además, su excipiente permite su aplicación después de cualquier crema, sin perder su capacidad protectora”. Estas virtudes han conseguido que se convierta en el protector favorito de los amantes de los deportes al aire libre y con agua o nieve de por medio.

Definitivamente, la Dra. Josefina Royo de la Torre, co-directora de Instituto Médico Láser, que comprueba como en su consulta aumentan los casos de personas que acuden a remediar los daños que el sol infligen a la piel, sobre todo cuando termina el verano, aconseja: “En un país como España, la radiación UVA y UVB está presente todo el año. Y como todo el mundo sabe, el sol es el responsable del envejecimiento prematuro de la piel, y de la aparición de tumores cutáneos, por lo que nosotros recomendamos usar la protección solar todos los días, como primer paso hacia una nueva cultura del sol. Hoy en día existen protectores solares en diferentes texturas y tonos, así como específicos para cada tipo de piel. Un buen comienzo sería utilizarla como crema hidratante o como base de maquillaje”.

De manera que si no quieres tener que acudir a las consultas de los expertos para remediar los daños que causan en tu piel los rayos de sol, tienes que consulta en tu farmacia para que te indiquen el fotoprotector que necesitas para cada momento puntual que atraviesa tu piel durante el verano. Porque, por si no te habías percatado, tu piel evoluciona y necesita protectores diferentes.